Leo Messi fue la diferencia, sobre todo a balón parado. Fue el fiel de la balanza en un partido plano, en el que el Barça tampoco dio muestras de mejoría. Da igual el rival que esté enfrente, porque a este Barça se le ven las costuras, incapaz de encontrar su mejor versión, pese a que hoy Ernesto Valverde rebuscó en su alineación y planteó algún cambio.
El conocimiento que Óscar García Junyent tiene del Barça, al que seguro que ha visto jugar más que a su equipo, el Celta, fue determinante en el planteamiento. Puso el técnico céltico a un equipo para presionar muy arriba, con tres centrales y buscarle la yugular a los azulgrana. Y ante las dudas, el Barça estuvo unos cuantos minutos en el inicio del partido a merced del rival que, aunque no tenía ocasiones de gol, empezó jugando muchos minutos en el campo contrario.
Puso Valverde a Sergi Roberto de mediocentro, a Umtiti como acompañante de Piqué, regresó Arthur al equipo y le dio minutos a Ansu con Messi y Griezmann en la delantera.
Pero no funcionó. El balón no corría, el fútbol no fluía y solo algún destello de Leo Messi animaba a los espectadores. Todo cambió en una jugada del dominicano Junior Firpo, que recuperó un balón tras una acción reclamada como falta de Arthur por parte de los gallegos.
Junior centró y Aidoo despejó el balón con la mano. El penalti lo transformó Messi (1-0, m. 23). Poco antes se lesionó Semedo, Busquets entró por él y Sergi Roberto volvió al lateral.
El gol hizo daño al Celta, el partido ya era del Barça, que tuvo alguna ocasión para poner el 2-0, pero en la única que tuvo el Celta empató.
Pape Cheikh recuperó un balón, Messi intentó frenarlo, pero el árbitro señaló una falta protestada cerca de la frontal del área. El magnífico lanzamiento del central uruguayo Lucas Olaza superó la barrera y sorprendió a Ter Stegen (1-1, m. 42). Pero justo en la última acción del primer tiempo, una falta sobre Arthur permitió a Messi poner el 2-1, tras otro magnífico lanzamiento directo.
Y el segundo tiempo empezó como acabó el primero, con un gol de Messi para decidir el partido. De nuevo Messi, otra vez en un lanzamiento de falta y por la izquierda de Rubén Blanco. El argentino, en el 48, puso el 3-1 y prácticamente cerró el partido frente a un rival sin respuestas. Pese a la goleada, que culminó Sergio Busquets en el minuto 85, el Barça no mostró mucha mejoría en su juego, pero recupera el liderato y Messi, por 45 ocasión en su carrera, volvió a llevarse el balón a casa.