Dos goles y dos asistencias del '10' enterraron las aspiraciones del cuadro pucelano, que en el Camp Nou puso fin a su racha de cinco partidos consecutivos sin conocer la derrota.
El encuentro empezó de forma inmejorable para el Barça. Un mal despeje de la defensa visitante en la primera llegada azulgrana lo aprovechó Lenglet para fusilar a Masip, dentro del área, y adelantar a su equipo a los dos minutos. Fue el único tanto en el que Messi no apareció.
Del equipo de Ernesto Valverde no volvía a haber noticias hasta los 14 minutos, con la primera aparición del capitán azulgrana, en un tímido lanzamiento de falta que Masip atajó sin problemas.
En la jugada siguiente, la fortuna se alió con la escuadra castellana. Michel botaba una falta lateral envenenada que dejaba en falso a la zaga local y también a Ter Stegen, que apenas acertaba a poner la manopla izquierda y rechazar un balón que rebotaría en Kiko Olivas antes de rebasar la línea de gol.
El 1-1 sentó bien al Valladolid, ordenado atrás, cómodo con una defensa de tres centrales y tan poco exigido por la delantera azulgrana que ni siquiera necesitaba recurrir a las faltas o al juego duro para frenar al Barça.
Por el bando local, Ansu Fati, que hoy salió de titular en detrimento de Griezmann, era el único que amenazaba a los pucelanos encarando por banda izquierda, pero sin la exuberancia ni la efectividad con la que irrumpió en LaLiga hace semanas.
Así que tuvo que ser Messi -siempre Messi- el que saliera al rescate. Primero con una asistencia sensacional que Arturo Vidal cazó sin dejar caer el balón al césped, a los 29 minutos, tras romper la línea defensiva del Valladolid. Y cinco minutos después, con un obús en el lanzamiento de un libre directo desde más de 20 metros que hizo inútil la estirada de Masip.
Entre una jugada y otra, Sergio González tenía que cambiar al lesionado Nacho por Salisu. Y un Messi en plena ebullición aún intentaría hacer el cuarto, en otro lanzamiento de falta escorado que el exportero azulgrana tuvo que despejar de puños, poco antes de llegar al descanso.
El astro argentino siguió con su recital tras la reanudación. En la primera llegada del Barcelona en la segunda mitad condujo el balón hasta asomarse al área y regalarle medio gol a Ansu Fati. Pero la nueva perla de la cantera azulgrana remató demasiado centrado y Masip rechazó el balón con un pie.
Sin embargo, fue el Valladolid el que dominó en los primeros compases del segundo acto, aunque sin crear peligro. Los 60.000 aficionados que se congregaron en el Camp Nou empezaban a bostezar y Valverde intentó animar el partido dando entrada a Rakitic y Griezmann en la última media hora, mientras enviaba a De Jong y Ansu a la ducha.
De nuevo irrumpió en el partido Messi, capaz de convertir un choque vulgar y anodino en una obra de arte tras otra. Control orientado, media vuelta, y otro obús con la zurda para hacer el 4-1.
Quedaba un cuarto de hora, pero la 'Pulga' aún tuvo tiempo de regalar el quinto a su amigo Luis Suárez, inédito en la primera mitad y que en la segunda empezó a despertar con un gol que el árbitro le había anulado minutos antes por fuera de juego.
Suárez quiso devolverle la asistencia en el añadido, pero Messi intentó ajustar demasiado su disparo y el balón se marchó fuera. Hubiera sido su primer triplete de la temporada. El '10' empieza a recuperar su mejor versión. Y, cuando eso ocurre, el líder de LaLiga es él.