Esta directiva, según explica el Gobierno en un comunicado, obliga a todos los Estados miembros a aplicar un régimen horario de verano y un calendario común para las fechas y horas a las que debe comenzar y finalizar dicho horario. Ningún Estado puede dejar de aplicar el régimen de la hora de verano.
La Comisión Europea defiende que esta medida del cambio de hora tiene impactos positivos en el terreno del ahorro energético. Pero además, afirma que en otros sectores como el del transporte, las comunicaciones, la seguridad vial, las condiciones de trabajo y los modos de vida, la salud, el turismo o el ocio, también comporta un beneficio.
El cambio horario tiene su origen en la década de los 70, cuando tuvo lugar la primera crisis del petróleo. Por entonces, algunos países decidieron adelantar sus relojes para poder aprovechar mejor la luz solar y poder así consumir menos electricidad en iluminación.