«Desde el inicio de la temporada todo está enfocado al Tour. Llego bastante bien de forma. He corrido la Vuelta a Suiza y antes hice dos concentraciones en altura con el equipo, una primera en Colombia en febrero y luego otra en Sierra Nevada, ya mas en serio».
Mejor preparado que en la Vuelta 2018, Mas se encuentra «motivadísimo» dentro de un equipo que «tal vez sea el mejor del mundo», donde los intereses serán dispares, con el francés Alaphilippe y el italiano Viviani en busca de etapas en escapadas y al esprint y Mas como hombre de la general, aunque recalca que es su debut y ante todo el objetivo «es aprender».
«Mi objetivo es hacer un puesto del top ten en la general, pero será difícil porque hay compite gente muy buena, no será nada fácil».
El ciclista balear espera una primera semana de mucha tensión hasta la llegada del primer final en alto en la sexta jornada con la meta en la Planche des Belles Filles. Espera estar protegido por la experiencia del equipo en momento de viento y abanicos, y advierte de la trascendencia de la crono por equipos de la segunda jornada.
«El equipo ha traído corredores para hacer bien esa crono. Para nosotros tendrá mucha importancia porque puede marcar diferencias y además somos un equipo belga y queremos ganar en casa. No es muy larga, 27 kilómetros, pero algo se puede ganar. La vamos a preparar este viernes».
También advirtió Mas de que se trata de una crono «muy rápida y peligrosa» que al disputarse por el centro de Bruselas «hay que tener cuidado porque los coches dejan rastros de aceite».
Ante la etapa de montaña del sexto día, Mas aseguró que «será una auténtica batalla» en la que podría sacar renta del marcaje de los principales favoritos de la general.
Ante todo, Enric Mas se mostró «tranquilo» ante su debut. Nada le da miedo y espera empezar a demostrar desde el sábado en Bruselas que con razón Alberto Contador le ha nombrado como su sucesor.
«Hemos visto todas las etapas del Tour y sé ha habrá 7 puertos por encima de los 2.000 metros. No me da ningún miedo, y tampoco me siento presionado por las expectativas creadas sobre mi. Tendré que ir guardando fuerzas, pues tampoco voy a hacer mil arrancadas», dijo Mas, residente en Andorra, a 1.200 metros de altitud, si bien en verano se entrena en cotas más elevadas.
Mas reconoció que el Tour de Francia es la carrera de sus sueños. Se enamoró de la «grande boucle» aquel verano de 2007 cuando vio a Alberto Contador ganar su primer Tour. «Ahí empezó a gustarme el ciclismo».