Está donde las propietarios norteamericanos lo compraron hace dos temporadas y media. Y su intención, pregonada a los cuatro vientos, era la de subir a Primera y no se cumplió. Ahora y tras la amarga experiencia padecida, es de suponer que los dirigentes evitarán errores anteriores y pondrán las bases para hacer un equipo que pueda aspirar al ascenso en pocas temporadas. No pido más.
Los “amigos” y a la vez “intermediarios” de la operación de venta-compra, les dijeron a los compradores de Estados Unidos que en Primera los derechos por tv y publicidad son muy sustanciosos y que con las personas adecuadas al mando de la SAD bermellona se podría recuperar rápidamente la máxima categoría y que ellos recuperarían el desembolso hecho por la compra. Y de ahí en adelante, todo sería miel sobre hojuelas.
Primer y gran error por parte de la nueva propiedad, creerse todo lo que le decían y a quién se lo decía. Que si, que deben de saber mucho de clubs, franquicias, drafts, derechos tv etc. de la NBA (tienen un club, los Phoenix Suns de Arizona), pero nada de fútbol y menos de las ligas que se juegan en España.
Segundo error de los estadounidenses, fiarse de la recomendación hecha por el “intermediario” español en la operación, que fue poner al frente de la SAD mallorquina a un joven abogado que él conocía bien, de origen suizo, y afincado en Madrid.
El business sería perfecto para sus intereses. Este abogado, “experto” en fútbol profesional español, lograría el éxito pregonado. Confeccionaría una plantilla de técnicos y futbolistas adecuados para jugar en Segunda y subir a Primera. Y se ascendería a Primera, a las primeras de cambio. Y el club, ya en la máxima categoría, tendría unos pingües ingresos por derechos de televisión y por publicidad (¿más de 42 millones de euros?). Se nadaría en la abundancia y no tendrían (la nueva propiedad de EE.UU) que rascarse los bolsillos.
Otro gran error. Creérselo y no informarse bien sobre la experiencia como responsable económico, pero sobre todo deportivo, de clubes profesionales, del personaje en cuestión que admitieron y pusieron al frente del Real Mallorca SAD. El desastre deportivo, la debacle en los terrenos de juego fue tremenda: la primera media temporada (15/16) se salva de milagro el descenso a Segunda B. La 16/17 si consigue descender a Segunda B. Y como consecuencia de eso, tiene que descender, administrativamente, el Mallorca B a Tercera (donde todavía sigue).
Éxito tras éxito. Y todo ello, sin faltarle un duro (ahora euros) al “experto” para hacer buenas plantillas y conseguir el ascenso a Primera. Y menos mal que en la 17/18 consigue devolver al equipo y al club al fútbol profesional.
Y los Sarver y cia tuvieron y han tenido que rascarse los bolsillos (ampliación de capital y otras inyecciones económicas) para poder seguir circulando por la Segunda División. Gracias.
¿Pasando factura? No. La pura y dura realidad de la entidad mal gestionada deportivamente.