“Estaba contento con lo que teníamos, los que estaban habían llevado al equipo, pero es verdad que sufrimos dos bajas importantes que habían disminuido el nivel de la plantilla y el mercado nos daría y otorgaría opciones".

"El club, y en este caso Javier Recio, estaba muy pendiente y con un trabajo avanzado antes del plazo de fichajes para mejorar”.

“Yo soy de pedir poco, pero la obligación de un entrenador y de todos en el club era intentar y tener el mejor equipo posible. Estamos con la intención de mejorar día a día”.

“Los entrenadores no hacemos milagros. Los jugadores tienen la capacidad de adaptarse a cambios muy drásticos y ello demuestra su humildad. Tenemos la suerte, y lo comento con gente del fútbol, de vivir en un club con instalaciones de Primera y cada 15 días pones los pies en el suelo y ves que estás en Segunda B”.