Después de 8 años trabajando el Consejero Delegado del Club, Maheta Molango, me ha comunicado que tras el descenso de categoría el Real Mallorca debe sufrir una serie de cambios a nivel organizativo y estructural por razones económicas donde mi puesto de trabajo será suprimido y lo he entendido perfectamente.
El Mallorca necesita renacer y eso está por encima mío. No hay otras razones diferentes a los motivos que me ha expuesto el Consejero Delegado.
Por otra parte seguiré vinculado al Real Mallorca como speaker los días de partido de modo altruista haciendo lo que vengo haciendo últimamente: cantar con pasión los goles de la victoria del Real Mallorca.
Han sido 8 años increíbles donde me he encontrado gente maravillosa en todos los ámbitos. Quiero agradecer a todos los periodistas deportivos de la isla sin excepción su cariño y trato conmigo aunque alguna vez hayamos tenido algún que otro roce.
A todos mis compañeros de trabajo y jefes que he tenido, los que ya no están y los que seguirán en esta nueva etapa: ¡GRACIAS! Por enseñarme, por cuidarme, por darme caña, por convertirme en alguien un poco más puntual y por todos los momentos. Los buenos y los malos. MUY especialmente a Javier Rodríguez, Tino Martínez y Joan Serra, gracias por enseñarme tanto. Casi todo.
No puedo olvidarme de Sureda, Claverol, Estelrich, Mota, León, Lorena, Joana, Juan Ramón, Oriol, Matíes, Barrios, Marilén, Manolo Molina, Aurora, Malén, Ramón, Campos, Magda, Marga, Laura, Paco, Rafa, Román, Lida, Damià, Marcelo, Jero, Rafa, Cati, Cati, Anabel, Sebas, Sandro, Xulio, Neus, Pato, Damon, Gabi, Julià Mir-Joan Forteza y los veteranos, Tugores, Gandía, Oviedo, Juanjo, Miki, Pep Calvo, Manolo Aragón, Àngels (epd), y un larguísimo etcétera (disculpas a los que me dejo, pero necesitaba reflejar algunos nombres).
Gracias por la confianza a los 7 presidentes, 5 directores generales y 14 entrenadores a los que he tenido el placer de conocer desde dentro. Desgraciadamente me ha tocado vivir la época más convulsa del Club desde la época previa a D. Miquel Contestí y siempre he intentado mantener el espíritu mallorquinista en el que me criaron y se ha criado toda mi familia. No siempre es sencillo amar estos colores y trabajar en esta empresa, no siempre se toman decisiones fáciles de explicar. Os aseguro que trabajar en el Real Mallorca es de las cosas más complicadas que existen y más en los últimos 6 años. Mi admiración más sincera a quienes trabajan en la tienda, en la recepción, prensa, Fundació, administración o en taquillas y han tenido que lidiar estos últimos años con la decepción y enfado del socio mallorquinista. De todo corazón, a todos los que habéis formado y formáis parte de la estructura del Club, ¡GRACIAS!
A todos los presidentes de Federació de Penyes que he conocido, especialmente a Rosa Planas, gracias por todo. A todas las Penyes sin excepción, las que representan a casi 2.000 mallorquinistas a día de hoy, las que siguen año tras año en la categoría que sea renovando su compromiso con este club más que centenario. En este apartado no quiero desaprovechar la última oportunidad para pedir disculpas públicamente a Rafel Martorell, Pep Roig y Pello Amengual, la distancia, el tiempo y la edad hacen ver las cosas desde otra perspectiva, lo digo de corazón. A los nuevos peñistas animarles a rejuvenecer esta Federación que también tiene su historia y en la que hace 30 años la mayor rivalidad que existía entre mi padre y D. Miguel Garro era ver quien hacía más socios y quien la armaba más grande antes del partido. Esa debe ser la única disputa que debe haber entre las Penyes. Aprovechad este tiempo de cambio y las nuevas tecnologías (y plataformas como Birmingham’99 o rcdm.es) para relanzar un colectivo que en su día fue el alma inequívoca de este sentimiento. Don Bernat, los hermanos Nadal, Andreu “mallorqueta”, Barralet… pusieron la semilla, seguid germinándola.
Quiero mencionar especialmente a mi Penya, de donde vengo y a donde iré: la Penya Arrabal. Nací catalinero y moriré catalinero gracias a Llentia, JJ, Ballester, Toni Tatxa, Toni Román, Pau Roca, es Menut, Horrach y un larguísimo etcétera por enseñarme esta filosofía y esta manera de entender no solo el Real Mallorca si no la vida.
Gracias a todos esos jóvenes que se dejan la piel y la garganta tras la portería en cada partido, que recorren kilómetros en autobús, que duermen en suelos de aeropuertos, que se gastan los pocos ingresos que tienen, que aguantan frio y lluvia, que creen hasta el final, que cantan los 90 minutos, que viven por y para este escudo. Cada tifo, cada recibimiento, cada canción ya forma parte de la historia del Mallorca, seguid adelante con cabeza y seny. En el estadio solo debe haber lugar para banderas rojinegras, la grada es un lugar de unión para cualquiera que se sienta mallorquinista. No debe haber ideas políticas ni violencia de ningún tipo, únicamente amor a unos colores, fidelidad a prueba de balas y originalidad. No provoquéis que se fijen en vosotros por las cosas que hacéis mal, que algunas hacéis, si no por todas las que hacéis bien que son en mayor número pero menos golosas ante la opinión pública. A todos los que empezasteis la aventura de la “Grada Jove” en 2010 conmigo, gracias por el apoyo incondicional y por creer firmemente en esa idea: SOLO REAL MALLORCA Y NADA MÁS.
Se acabó la función, toca recoger los bártulos e iniciar una nueva etapa laboral. Siempre he intentado hacer lo mejor para el Real Club Deportivo Mallorca aunque mas de una vez me haya equivocado, pido perdón a los que hubiera podido afectar. En ningún caso ha sido nada personal.
El RCD Mallorca solo se sostendrá si obtenemos la perfecta comunión de los 4 entes mencionados arriba: Propiedad, Equipo, Prensa y Afición. Cuando alguna de estas cosas no ha funcionado se ha desmoronado cualquier proyecto que ha venido. Debemos todos llevar en volandas al mallorqueta a conseguir el ascenso este año a Segunda División y el que viene a Primera. Como decía Don Bernat “si diumenge vesteix de vermell l’hem d’estimar”. A la familia Vázquez-Humasqué por dejarse encontrar en DF, por ese calor tan especial en los últimos días que no esperaba.
El RCD Mallorca está por encima de todo y de todos, empleados, dirigentes, jugadores y aficionados. Nadie es más importante que el escudo y lo que representa. Caer en ese error siempre ha supuesto ser engullido por los mas de cien años de historia de este club.
El Real Mallorca es un sentimiento, casi una religión donde sus feligreses acuden los domingos a la misa de las 12h pase lo que pase. Un mallorquinista es capaz de recorrer 700km en coche para ver a “alguien” durante una hora y media y emocionarse al verlo saltar al campo como si fuera la primera vez. Te puede hablar y tratar mal durante el “encuentro”, encima lloviendo, volver a casa roto por dentro y recuperar la misma emoción del primer día al poco tiempo. Miranda de Ebro será imborrable.
A toda mi familia y amigos. Disculpas por haberme desgastado aquí dentro, por no pensar en otra cosa cualquier momento del día, por no cambiar de tema ninguna conversación, por perderme momentos importantes detrás de esta fiebre.
A tí, socio, por seguir, por aguantar. Por continuar siendo de este equipo sin tener apenas razones las últimas 6 temporadas, por creer hasta el final siempre. Por no caer en las fauces de los dos que gobiernan el monopolio de la pasión futbolística en este país, por pasear con orgullo el nombre del club bajo cualquier circunstancia y por no desfallecer nunca. A los que habéis contagiado este sentimiento a vuestros hijos y éstos a vuestros nietos. El domingo podemos ser campeones de invierno y eso debe ser lo único que nos tiene que obsesionar durante los noventa minutos disfrutando de, por fin, ver al Real Mallorca como un equipo ganador. Que noten el calor de su afición desde que entren en el estadio una hora y media antes del partido.
A Pep Lluis Jaume por embaucarme en esto de cantar goles del Mallorca, por traspasarme la mítica máquina de los aplausos. Intentaré continuar cantándolos con la misma pasión.
Y por último a mi padre. Por ese primer viaje a Vallecas, por la firma de Villena y la camiseta de Milo. Por las ideas más inverosímiles, por poner el listón tan alto que considero que no he podido superar, por enseñarnos a amar a mis hermanos y a mí este escudo por encima de presidentes, jugadores y entrenadores.
Desear la mayor de las suertes a la propiedad actual del Real Mallorca y a quienes se quedan en el barco. Vuestra suerte será la nuestra, estoy convencido de que este es el año del ascenso. Termina mi relación laboral y contractual con el Club de mi vida y lo hago orgulloso y sabiendo que no todo el mundo puede decir lo mismo.
ARA I SEMPRE VISCA EL MALLORCA! VISQUEN SES PENYES DEL MALLORCA!