Mis padres intentaron enseñarme muchas cosas, casi todas ellas buenas. Hay muchas actitudes que probablemente ellos cambiarían de mí. O simplemente, se preguntaran en qué se habrán equivocado conmigo, sobre todo cuando mi hermano mayor resulta ejemplar en casi todo, que no todo.
Y no os habría desviado por esta coyuntura familiar si no quisiera que Maheta Molango, (que además también es Mateo, aunque por suerte no me toca nada), leyera el sabio consejo que mi buen padre me dio en su día y del que yo tomé nota. "Hijo mío, si no te quieren en un sitio, no debes estar".
Es una frase sencilla y aunque alberga matices, en el caso que nos ocupa es muy fácil de entender. En el Mallorca, no se te quiere Maheta. De verdad. Es difícil de aceptar, pero los socios y aficionados del Mallorca, no te quieren gestionando su club. Siempre defenderé que has hecho una gestión brillante de lo extrafutbolístico. Que has hecho crecer las redes sociales, que has arrancado iniciativas magníficas para que el aficionado se sienta partícipe, que has conseguido convenios magníficos con patrocinadores. Que sí a todo eso. Pero esto, no solo va de aquello. El fútbol es jugar lo mejor posible para conseguir 3 puntos el domingo. Y goles, muchos goles, cuantos más mejor. Y tú de eso, no sabes mucho. Y si sabes, lo disimulas genial. Y lo peor de todo es que amenazas con volver a intentarlo.
Quieres demostrar que sí sabes ganarte el sueldo estelar para que tus amigos americanos vuelvan a creer en ti, si es que algún día dejaron de hacerlo, porque dejándonte a ti al mando, Sarver y cía demuestran que el Mallorca es un jueguecito en el que les da igual perder unas perras. Pero, de verdad, si no te quieren vete. Y te invito a convocar un referéndum, con los socios, para que termines de asegurarte de que a los mallorquines les engañas una vez, pero dos amigo, dos no.