Todo parecía indicar que los aficionados del Real Mallorca vivirían un tarde para la esperanza con el gol de Lago Junior a los dos minutos del inicio del partido, pero no fue así. El Córdoba empató en el minuto 21 con tanto de Pedro Ríos, después de un error en cadena por parte de la defensa mallorquinista, y a partir de aquel momento fue un querer y no poder durante 70 minutos. El Córdoba no creó ni una sóla ocasión de gol en toda la segunda mitad y el conjunto de Sergi fue incapaz de materializar con goles todo el empuje y dominio de los últimos minutos.
El Mallorca debe ahora terminar la temporada con la mayor dignidad posible y ya pensar en todo lo que vendrá a pesar del 30 de junio. Lo que es evidente es que los gestores de esta debacle no pueden continuar.