"Nadal es una montaña a escalar. No ha ganado este torneo antes y definitivamente está más fresco que yo ahora mismo. Pero no es un problema, estaré listo para el domingo", indicó después de citarse de nuevo con el balear, por tercera vez en dos meses.
El suizo superó al español en la final de Australia y hace dos semanas en octavos de final de Indian Wells, ambos torneos que se adjudicó. Amigos y eternos rivales regresaron a las pistas en enero tras sendos periodos de recuperación de sus respectivas lesiones, volviendo renovados para copar las finales de este año.
"Será un partido especial de nuevo. Estoy contento por su regreso a las pistas tan bueno como el mío después de los problemas que tuvo el año pasado. Parecen los viejos tiempos, ahora jugamos cada semana y esperemos que no sea el último", afirmó.
Sobre su batalla (7-6(9), 6-7(9), 7-6(5)) con Nick Kyrgios, nuevamente decidido en tres sets con pleno de muerte súbitas como en Madrid en 2015, Federer reveló el significado de una victoria de tal calibre y sufrimiento.
"Me encuentro muy bien, pese a que no juegue uno muy a menudo un partido a tres 'tie-breaks'. Es bonito y emocionante ganar así. Es espectacular, recuerdo la derrota contra él hace unos años, fue duro. Era el cumpleaños de mis hijos y no pude estar con ellos por el partido, así que fue bonito poder ganar esta vez", finalizó