Salvo en la primera campaña en Segunda, ya van para cuatro años, que el Mallorca sumaba 34 puntos en la jornada 24 (la misma jornada que ahora) y pensaba más en ascender que en descender.
Con el paso de las temporadas y con los numerosos cambios de jugadores (más de 60), entrenadores (diez en total), y también de propietarios (cuatro propiedades distintas), la mala situación económica y deportiva no ha variado nada. O ha ido a peor.
¿Y qué hacer ahora? ¿Rezar a la Virgen para ganar al menos 9 partidos de los 18 que restan? Es que si no se ganan esos 27 puntos, que sumados a los 25 actuales darían 52, el Real Mallorca podría dar con sus huesos en Segunda B al acabar este ejercicio. Javier Olaizola dijo que a partir de ahora para ganar un partido habría que: “Rezar a la Virgen...”. Pues le recordamos al sustituto de Fernando Vázquez, que hay un dicho como este: “A Dios rogando, pero con el mazo dando”. Además de rezar, el entrenador vasco tiene que coger el mazo o su ADN particular y conseguir que la plantilla de profesionales que tiene a sus órdenes ganen partidos y eviten la catástrofe deportiva y económica a la que está abocado ahora mismo el club. Solamente con rezar no se le ganará al Rayo, Gerona, Tenerife, UCAM, Lugo, Huesca, etc. Con un poco más de trabajo, interés, entrega y ganas, se podría conseguir.