Así, Lliteras ha reconocido que "todavía queda mucho trabajo por hacer, pero lo cierto es que en Baleares ya hay más de 250 mujeres con ficha federativa de caza. Yo, por ejemplo, ya hace tres años que presido la asociación de Manacor, donde ocupo un cargo en la junta directiva desde hace ya más de doce años".
"Cuando yo comencé a cazar sí que es cierto que ver a una mujer cazadora era una excepción. Ahora, gracias a Dios, cada vez hay más chicas jóvenes que se inician en el mundo de la caza y la realidad es que ya somos un buen grupo", ha querido destacar Lliteras.
"Yo he crecido en un ambiente rural. Desde muy pequeña mi padre me enseñó a conocer y respetar la fauna. Mi caso se repite en la mayoría de personas jóvenes que se interesan por el mundo de la caza. Suele ser una cuestión muy enraizada en la tradición familiar y ese es el factor clave que normalmente les anima a dar el paso", ha reconocido la presidenta de la Associació de Caçadors de Manacor.
A pesar de que Lliteras asume que "los cazadores tenemos mala fama, lo cierto es que un buen cazador es aquel que pone comederos y bebederos, el que siembra para que la fauna presente tenga alimento; un buen cazador es aquel que limpia y mantiene el monte; un buen cazador es el que se preocupa de fomentar ese compañerismo único que es parte esencial de este colectivo".