Se ha experimentado en varios tramos de la carretera vieja Palma-Inca (Ma-15A) y ha supuesto una mejora ambiental importante. En primer lugar, no es necesario utilizar nuevos áridos de cantera, no se generan residuos y se evita una cantidad muy importante de emisiones que produce el transporte del material hasta la obra.
El reciclaje del asfalto se hace con un sistema llamado emulsión. Se trata de una técnica sostenible para rehabilitar firmes de carreteras. Una máquina que, con un único pase, consigue fresar el asfalto viejo para reconvertirlo en árido. Acto seguido lo compacta, mediante el sistema de emulsión, y lo vuelve extender encima de la carretera. Todo el proceso se realiza en frío, lo que también evita las emisiones a la atmósfera de las plantas de asfalto que actúan a altas temperaturas. La técnica obliga a no permitir la circulación encima del pavimento nuevo, ya que se necesitan dos días para la solidificación completa.
En el caso de la carretera vieja entre Palma e Inca se ha aplicado esta técnica innovadora en varios tramos de los municipios de Marratxí, Binissalem y Santa Maria. A lo largo de unos seis kilómetros se ha aplicado el asfalto reciclado con un presupuesto de 1,2 millones.
El director insular de Infraestructures, Rafel Gelabert, ha explicado que «se trata de un sistema innovador de asfalto kilómetro cero que nos permite hacer obras más respetuosas con el medio ambiente. Evitamos la explotación de canteras para la extracción de áridos y las emisiones del transporte de material». Gelabert ha añadido que este sistema se irá aplicando poco a poco a otras obras de refuerzo de firme que el Consell de Mallorca tiene previsto realizar en los próximos años.