Las brigadas de limpieza y los equipos de emergencia han trabajado sin descanso para despejar vías y restablecer servicios en una localidad que ayer vivió momentos de gran tensión debido a la impresionante tromba de agua.
Ubicado al lado de la carretera de Sóller, el local fue uno de los puntos más afectados por las lluvias torrenciales que azotaron ayer la zona. El agua irrumpió en el interior del restaurante, dejando a su paso un considerable rastro de daños materiales.
Durante la jornada de hoy, los vecinos han ido recobrando el acceso a los servicios básicos, incluido el suministro eléctrico y la red móvil, que se vieron temporalmente afectados por la tormenta.
La alcaldesa, Marian Serralta, ha confirmado que no se han registrado daños personales, aunque el temporal ha dejado un balance de importantes daños materiales.
Hoy, la circulación en la carretera de Sóller y en la vía del Tren de Sóller ha sido reabierta, aunque se recomienda mantener precaución, especialmente en áreas donde todavía se retiran los restos de piedras y tierra desplazadas por la lluvia.
Poco a poco, la vida en Bunyola vuelve a su curso habitual, mientras el municipio reflexiona sobre la magnitud del evento meteorológico, que dejó un recordatorio de la fuerza de la naturaleza y la importancia de contar con medidas de seguridad frente a estos episodios extremos.