Hornos, floristerías y tiendas de chucherías se preparan intensamente en estos días previos al 1 de noviembre, atendiendo al resurgir de tradiciones mallorquinas que, aunque compiten con la globalizada celebración de Halloween, mantienen una relevancia especial en la isla.
Los hornos de Mallorca trabajan a toda máquina para elaborar los tradicionales panellets, dulces hechos a base de piñones y almendra, que marcan el toque dulce característico de estas fechas. Además, en muchos hornos de la isla, los rosaris de Tots Sants cuelgan en escaparates, atrayendo tanto a jóvenes como a adultos. Este collar de dulces, que antaño simbolizaba la opulencia, se reinventa cada año con versiones que incluyen bombones, caramelos y otros dulces. Muchos hornos ya reportan un aumento en pedidos, y algunos han extendido horarios o aumentado su personal para cubrir la demanda.
Por otro lado, las floristerías se preparan para uno de sus momentos de mayor actividad del año. La visita al cementerio, donde familiares rinden homenaje a sus seres queridos, es una tradición que sigue vigente, y el crisantemo sigue siendo la flor más solicitada para esta ocasión. Junto a los crisantemos, claveles y rosas también están entre los arreglos más demandados para las ofrendas, y los floristas han reforzado su inventario y servicios de preparación y entrega para cubrir la creciente demanda de estos días.
Finalmente, las tiendas de chucherías y confiterías también viven un aumento en la actividad, especialmente las que ofrecen los ingredientes para crear o personalizar los rosaris. Estas tiendas aprovechan el interés de clientes de todas las edades que buscan completar sus collares dulces con las golosinas más populares.
En medio de la influencia de Halloween, Tots Sants sigue siendo un símbolo de identidad en Mallorca, y tanto hornos como floristerías y tiendas de dulces hacen su parte para que esta tradición perdure año tras año en la isla.