El presidente de PIMEM, Jordi Mora, ha explicado que se oponen al proyecto porque, aunque la patronal reconoce la iniciativa privada, considera que el impacto tendrá efectos negativos tanto en el territorio, como en otros sectores, y en los ciudadanos. Además -dice- es un proyecto sobredimensionado, industrial e intensivo y un modelo de empresa que Mallorca no necesita.
Por su parte, desde Unió de Pagesos y la Asociación de la Producción Agraria y Ecológica de Mallorca critican el modelo de explotación agraria de la macrogranja ya que está desligado – dicen- a la agricultura de la isla y consideran que destruye al tejido primario. Asimismo, aseguran que el proyecto no ayuda a dar una imagen realista del sector. De hecho, lo consideran un proyecto industrial y no agrícola.