Según las hipótesis, el dueño del yate que arrolló al bote en Cala Bona y que sesgó la vida del joven Guillem Comamala, no se dio cuenta de que había arrollado a la pequeña embarcación. Aunque todavía quedan más datos por conocer, el propietario del yate, de nacionalidad alemana, está investigado por esta tragedia marítima que ha conmocionado a Cala Bona.
En este sentido, el alcalde de Son Servera, Jaume Servera, ha asegurado que fue un trágico accidente. "La Guardia Civil está tratando de esclarecer lo ocurrido, pero todo apunta a que se trató de un trágico accidente, no se visualizó la pequeña embarcación, pasándole por encima y arrastrándola debido a la diferencia de tamaño de las embarcaciones", ha explicado Jaume Servera.
Todo el municipio está aún consternado por el suceso y este domingo un centenar de vecinos realizaron un minuto de silencio en recuerdo del fallecido.
Recordemos que el accidente tuvo lugar pasadas las nueve de la noche. Comamala había salido a pescar, junto a otros dos miembros de su familia, cuando el yate arrolló la embarcación y prosiguió su trayecto tras el atropello.
Andreu Pascual, el pescador que auxilió a las víctimas recuerda que no se pudo hacer nada por salvar la vida del joven. "Escuché chillidos, paré mi embarcación para localizarlos y me encontré a un hombre dentro del agua y un bote con un niño dentro y un fallecido, no se podía hacer nada por salvarle la vida".
El joven que estaba sentado junto al motor, recibió el impacto mortal. Los otros dos ocupantes, su tío y un familiar menor, resultaron ilesos pero necesitaron de los psicólogos de emergencias tras presenciar la tragedia. La Guardia Civil continua aún con las diligencias pertinentes. El yate que provocó el accidente es de bandera alemana y se encuentra atracado en Porto Cristo.