Otro establecimiento que bajará la persiana para siempre es la sastrería Pedro Lladó tras más de medio siglo abierto en Los Geranios.
La sastrería, una de las pocas que sobrevive en el centro de Palma, lleva abierta cerca de 50 años y desde hace más de 20 Mateu Cunill está al frente del negocio. Ahora, tras toda la vida dedicada al comercio, ha llegado el momento de bajar la barrera y disfrutar de una merecida jubilación.
El cierre está previsto en noviembre. "Esperaremos un mes para liquidar toda la ropa de verano y otro mes para liquidar los productos de invierno y después nos iremos a disfrutar de la vida y a disfrutar de todos los años buenos que nos quedan", ha afirmado Cunill.
De este modo, la sastrería Pedro Lladó se suma a la larga lista de establecimientos de toda la vida que cierra sus puertas en Ciutat, ya sea por jubilación, falta de relevo generacional, descenso de ventas o alquileres inasumibles.
"Cada mañana cuesta más levantar la barrera", lamenta Mateu Cunill, añadiendo que "cada vez hay más impuestos, más competencia, internet, las ventas invisibles... participamos en una carrera en la que nosotros vamos descalzos y los competidores van en bicicleta".
Una situación que cada vez dificulta más la supervivencia del comercio tradicional. "Es triste ver como comercios emblemáticos de toda la vida han bajado la barrera, se te parte el corazón", ha admitido Cunill.
Y aunque Mateu Cunill y su mujer Luisa se jubilan, su deseo es que este comercio tan emblemático mantenga su identidad y siga siendo una sastrería. "Nos gustaría que se traspase este local y siga siendo una sastrería. Creemos que este local tan emblemático debería de seguir ya que sino Palma perderá su alegría e identidad".
Pese a la complicada situación que vive el comercio de proximidad, Mateu Cunill no pierde la esperanza de seguir adelante apostando por medidas como un vivero de emprendedores que permita salvar un negocio rentable que se vea obligado a cerrar por falta de relevo generacional o jubilación.