Los operarios están desmontando la barrera de coches quemados, chatarra y basura que los residentes habían levantado en las últimas semanas.
Desde la carretera principal, los conductores se encontraban con una barricada de metro y medio de altura compuesta por toneladas de basura y esqueletos de vehículos. Esta fortificación fue construida por los narcotraficantes para dificultar la entrada de la Policía Nacional y la Guardia Civil durante las operaciones contra el tráfico de drogas, además de servir como una señal de lucha territorial entre clanes.
La construcción del fortín se realizó de manera ilegal. Primero, los residentes introdujeron maquinaria pesada, como excavadoras y camiones, para aplanar el terreno, hacer cimientos e instalar barreras metálicas que cercaban el perímetro. Además, levantaron planchas de madera con sacos de arena y bloques de construcción para crear una nueva entrada en el conocido supermercado de la droga de Palma. La avenida principal era el único acceso al interior del poblado, hasta hoy.
Con la intervención de las autoridades, se espera restablecer el orden y eliminar esta estructura que simbolizaba el control territorial y la resistencia a la acción policial en la zona.
