Los residuos orgánicos que se generan en St. Regis Mardavall Mallorca Resort, Castillo Hotel Son Vida y Sheraton Mallorca Arabella Golf Hotel son tratados en las instalaciones que gestiona Tirme y se convierten en el compost de fracción orgánica, que nutre los viñedos de la bodega Macià Batle. Allí maduran las uvas que meses más tarde dan color, aroma y textura a Cercle Blanc y Cercle Rosat, dos vinos que son fruto de la economía circular. Se trata, por tanto, de un proyecto que integra en su producción los tres sectores productivos: el primario, secundario y terciario.
Ediciones exclusivas de mil botellas
La primera producción consta de mil botellas para cada tipo de vino. Cercle Blanc es cien por cien variedad autóctona Prensal Blanc. De color amarillo y lágrima marcada, destacan sus notas florales, aromas de frutas, madera noble y notas minerales, características del suelo call vermell propio de Mallorca. En boca es elegante, sabroso y fresco.
Cercle Rosat, por su parte, nace de las variedades Mantonegro y Cabernet Sauvignon. Con un color rosáceo pálido, sus aromas evocan frutas frescas como la fresa y la frambuesa y en boca es suave, fresco y fino.
La siguiente producción tendrá una novedad: la creación de Cercle Negre.
Compromiso con la tierra
Los hoteles St. Regis Mardavall, Castillo Hotel Son Vida y Sheraton Mallorca forman parte del programa FINHAVA, la plataforma de economía circular impulsada por Tirme y Circulare, cuyo objetivo es promover la economía circular, un modelo de producción y consumo que propugna un cambio del modelo de gestión de residuos actual.
Francisco Vila, CEO de Arabella Hospitality indica que "nuestros clientes valoran los productos locales, y sobre todo, poder conocer que su origen tiene un impacto tan positivo en el medio".
Por su parte Ramón Servalls, director gerente de Macià Batle, explica que "estamos muy satisfechos de que nuestras tierras produzcan el primer vino circular de Baleares y de formar parte de un proyecto como éste, unido a la sostenibilidad".
Finalmente, Antonio Pons, director general de TIRME, ha destacado que "este proyecto está completamente alineado con nuestro plan estratégico, ya que apuesta por implantar una verdadera economía circular en nuestra isla y fomenta las alianzas entre varios sectores productivos".
La artista Belén Escutia ha diseñado la etiqueta de Cercle. Tomando como referencia la palabra que da nombre al vino, ha creado una ilustración que incluye "ese proceso circular utilizando acrílicos muy diluidos y en el que están representados todos los pasos que se han seguido para elaborar el vino. Tan sólo hay que seguir el dibujo en el sentido contrario al de las agujas del reloj".
Ahora sólo queda degustar un vino que lleva en su esencia la tierra de Mallorca y que tiene el honor de ser el primer vino circular de las Islas.