Los hechos ocurrieron a las 12:15 horas, cuando los agentes dieron el alto a un turismo. Al solicitar la documentación al conductor, este les entregó un permiso de conducir y una tarjeta sanitaria a nombre de un ciudadano neerlandés de 54 años. Sin embargo, las comprobaciones realizadas por los policías revelaron que la filiación correspondía a la de una persona que había fallecido recientemente.
Ante las preguntas de los agentes, el conductor mostró una actitud poco colaboradora y no fue hasta después de más de 35 minutos que accedió a facilitar de palabra unos nuevos datos identificativos.
Dada la naturaleza verbal de la información proporcionada y la actitud mostrada por el conductor, se le comunicó que sería trasladado a dependencias policiales para proceder a su plena identificación. Al requerirle que vaciase sus bolsillos para comprobar si portaba algún objeto peligroso, el conductor sacó una tarjeta intermodal con su fotografía, la cual lo identificaba claramente como un ciudadano boliviano de 48 años.
Tras consultar las bases de datos, los agentes comprobaron que sobre el conductor pesaban tres suspensiones judiciales del permiso de conducir, que sumadas, superaban los 65 meses de privación del derecho a conducir vehículos a motor.
Por todo ello, se le informó al conductor de que había incurrido en un presunto delito contra la seguridad vial por conducir un vehículo a motor con el permiso retirado judicialmente, y se le comunicó su condición de investigado no detenido.
Además, se le denunció administrativamente por no haber pasado la ITV del vehículo en plazo y se levantó un acta de incumplimiento de la Ley Orgánica de Protección a la Seguridad Ciudadana por facilitar datos falsos durante su identificación.
La documentación del fallecido fue intervenida y remitida a la autoridad competente. Al no poder conducir, una persona debidamente autorizada se hizo cargo del vehículo.