De este modo, por primera vez, la isla rebajará su tope máximo de crecimiento turístico. Una decisión que ,sin embargo, no implica eliminar plazas turísticas existentes, sino que de las 430.000 plazas hoteleras y de alquiler vacacional a las que se podía llegar en un futuro, se fija el techo de máximo de plazas en 412.000, que son las plazas que actualmente hay activas en Mallorca y también cerca de un millar que actualmente están en tramitación.
Una reducción de plazas que implica la modificación del Plan de Intervención de Ámbitos Turísticos (PIAT).
Paralelamente a esta reducción de plazas, el Consell de Mallorca también ha anunciado que combatirá “sin piedad” el alquiler turístico ilegal, al que consideran uno de los principales causantes de masificación en la isla.
Con todo, desde la institución insular han querido dejar claro que estas medidas son solo un primer paso para combatir la saturación turística y mejorar la convivencia entre residentes y turistas y que esta masificación no se solucionará de un día para otro.
Una iniciativa impulsada por el equipo de gobierno formado por el Partido Popular y Vox que está bien vista por El Pi y que ha sido rechazada por el PSIB.