Mario Decandia trabajaba de cocinero en uno de los restaurantes de la Riba del puerto de Palma. En la medianoche del 2 de junio del año 2022 acabó su jornada laboral y emprendió a pie el camino de regreso a casa. Acompañado de dos amigos, un hombre y una mujer, llegaron paso a paso a los bancos situados junto a la escultura ‘Palma’ del artista Pep Llambías situada en el punto en el cual el Paseo Sagrera se convierte en la Avenida Gabriel Roca, junto a otra escultura famosa, la de Rubén Darío.
Allí se sentaron a descansar y a conversar aprovechando la calma nocturna y la agradable temperatura. Pero, de repente, todo se truncó. Desde el otro extremo del Paseo Sagrera, más allá de la Lonja, llegó hasta ellos el refulgir de unas luces azules. Era un coche de la Policía Local de Palma que circulaba por la calzada lateral, la más próxima al Consolat de Mar, a toda velocidad.
Al llegar a su altura, sin embargo, el vehículo policial no giró ni hacia la plaza Atarazanas ni hacia la calzada central del paseo, sino que siguió recto, chocó contra el bordillo, salió rebotado hacia arriba y hacia ellos y, tras invadir la zona peatonal, finalmente los embistió.
El golpe fue terrible y Mario Decandia lo recibió de pleno. De hecho, murió casi de inmediato por las graves heridas recibidas. Aunque las asistencias llegaron de inmediato, la vida del cocinero italiano quedó exánime sobre el paseo y su sangre manchó los restos del banco de piedra donde vivió los últimos segundos de su vida charlando con sus amigos.