Para el periodo 2024-2026, los tres ejes estratégicos surgidos de este proceso de reevaluación son, primero, la rentabilidad y la flexibilidad, con el modelo de socios externos y rotación de activos en marcha, a la hora de decidir el destino de las inversiones; la eficiencia y efectividad de las operaciones, con mayor control de costes y maximizando la generación de caja; y, tercero, la sostenibilidad financiera y ambiental.
Todo ello es plenamente compatible con la senda de la descarbonización del mix de generación de la compañía al tiempo que focaliza su oferta a los clientes domésticos y empresariales en los servicios de valor añadido y en el suministro de electricidad a partir de fuentes no emisoras.
Tras considerar todos estos elementos, Endesa fija como objetivos para 2026 alcanzar un beneficio bruto (ebitda) de entre 5.600 y 5.900 millones, un beneficio ordinario neto de 2.200-2.300 millones, una deuda financiera neta de 8.000-9.000 millones y un dividendo de 1,5 euros (lo que supondría una rentabilidad por dividendo del 8%), con un suelo garantizado de 1 euro/acción durante los tres ejercicios del plan.
En total, la inversión contemplada en la nueva estrategia para la Península Ibérica se mantiene en una línea continuista respecto al plan 2023-2025, situándose en 8.900 millones. La partida destinada a Redes en este plan (2.000 millones netos) está condicionada a una mayor visibilidad sobre el periodo regulatorio 2026-2031 en cuanto a la remuneración de la inversión en redes.
La inversión en renovables se mantiene estable en 4.300 millones, para alcanzar los 13.900MW de potencia renovable a final del plan y llegar así al 93% de la producción libre de emisiones en la Península. Una mayor apuesta por la eólica, que absorberá 1.600MW (por 2.000MW de la solar), al tiempo que los proyectos de repotenciación eólica e hidroeléctrica son las principales novedades respecto al plan anterior.
Los tres proyectos estrella en este campo son los de transición justa de Andorra (Teruel), Pego (Portugal) y Galicia. Los dos primeros suponen una inversión de 1.700 y 700 millones de euros, respectivamente, y estarán en funcionamiento en 2026-2027 y 2026. El tercero es el conjunto de parques eólicos que suman 800MW y una inversión del entorno de 1.000 millones para estar en marcha en 2025. Son proyectos de transición energética sostenibles financieramente, en los que buscamos oportunidades laborales a los empleados afectados por actividades que cesan apoyándoles con formación, desarrollando económicamente la zona con nuevas actividades económicas sostenibles de futuro.
Endesa mantiene la salida total del carbón en España en 2027, con el fin de operación de Alcudia que se mantiene por razones de seguridad de suministro, y tras lograr el cierre de su mayor central de carbón (As Pontes) este año. La plena descarbonización de la empresa se reconfirma para 2040, cuando habrá abandonado el negocio de gas en su conjunto. Todo ello con el objetivo de transitar por la meta del Acuerdo de París de 1,5ºC de incremento de temperatura respecto a la era preindustrial.
José Bogas, consejero delegado de Endesa, ha señalado a los inversores durante la presentación del plan: “La nueva estrategia más selectiva en cuanto al destino de las inversiones optimiza nuestro modelo de empresa verticalmente integrada, al tiempo que mantiene la flexibilidad que permita capturar oportunidades de futuro. Redes y Renovables, ejes clave de la transición energética, son esenciales para que Europa aumente su independencia energética, la seguridad de suministro y logre una energía asequible. Un sólido flujo de caja es lo que sustenta el cumplimiento de las exigencias de la transición al tiempo que cimienta la solidez financiera. Todo ello con el objetivo, también, de ofrecer una política de dividendo atractiva y sostenible”.
La creación de un mix energético sostenible apoyado en una red más eficiente, resiliente y digitalizada es la palanca sobre la que Endesa se apoyará para, junto a una inversión de 900 millones hasta 2026 destinada a clientes, ofrecer servicios de valor y buena experiencia de cliente para promover la lealtad.
Con la estrategia de base de incrementar la electrificación de nuestros clientes, nos apoyaremos en el conocimiento de sus necesidades para ofrecer productos más sofisticados y de alto valor para los usuarios. La cartera de contratos en el mercado libre en España y Portugal se incrementará en hasta los 7,5 millones a cierre del periodo (7,1 millones estimados a final de 2023), lo que ayudará a que el volumen total de ventas liberalizadas de electricidad a precio fijo crezca a 53 TWh (terawatios hora).
La compañía se marca como objetivo clave de fomento de la electrificación limpia que entorno al 90% de su energía vendida a clientes a precio fijo proceda de fuentes no emisoras en 2026, desde el 76% del año en curso. El margen unitario integrado del negocio eléctrico liberalizado se mantendrá estable en el periodo.
En el negocio de gas, se prevé una recuperación de los márgenes tras el excepcional 2023 muy afectado por la volatilidad del mercado, al tiempo que la cartera de clientes se mantendrá plana en 1,8 millones, de los que 1,4 en el mercado libre. Se prevé un fuerte descenso en el uso de gas para producir electricidad en centrales de ciclo combinado.
En cuanto al desempeño financiero previsto para los tres próximos años, el director general Económico-Financiero, Marco Palermo, desgranó las bases del crecimiento de los resultados y de la reducción de la deuda. El ebitda alcanzará los 5.600-5.900 millones, un alza del 31% respecto a 2023 estimado, gracias a que todos los negocios aportan en positivo apoyándose en la normalización esperada del mercado y los avances en el ámbito regulatorio. A su vez, el resultado ordinario neto se ve impulsado hasta los 2.200-2.300 millones fundamentalmente por esta sólida evolución del ebitda a lo que se añaden unas menores cargas financieras, una normalización fiscal tras el fin del impuesto extraordinario y un aumento de los pagos a socios minoritarios fruto de la estrategia de entrada de socios para compartir proyectos.
Con respecto a la deuda neta, se prevé en el periodo añadir al pasivo de entre 10.000 y 11.000 millones con que cerrará 2023 otros 8.000 millones en inversiones netas y 4.000 millones en pago de dividendos; partidas que se compensan con 11.000 millones de flujo de caja y 3.000 millones por la aportación de los socios y la rotación de activos, según el nuevo modelo de colaboración (“partnership model”). Con ello, la deuda neta se situará en 8.000-9.000 millones en 2026, un 10%-20% menos que a cierre de 2023. La ratio de deuda financiera neta respecto a ebitda será de 1,4 veces en 2026, desde las 2,3 veces estimadas al final del presente año. El porcentaje de deuda ligada a criterios sostenibles superará el 80% al final del plan (64% en 2023).