El artista pollençí Bennàssar ha manifestado su satisfacción de presentar este trabajo en la Facultad de Bellas Artes de ADEMA-UIB, un espacio "que era un sueño, ahora hecho realidad. Me ha hecho una ilusión tremenda acercar la cinta a los futuros artistas con un gran potencial por delante".
Bennàssar ha explicado que ha hecho del arte "su manera de vivir, de ser hombre, ya que el arte siempre aporta algo de novedoso, de nacimiento, de actitud para afrontar la vida y de posicionamiento para encarar el futuro, y ha trasladado a los estudiantes su ilusión y su ambición para abrir cada mañana un mundo diferente y más humilde. El hombre es lo que es capaz de soñar".
El resultado de este documental es como una "entrevista", en la que Bennàssar padre desnuda su visión del arte, del mundo actual y los diferentes momentos que han vivido a lo largo del rodaje con un paréntesis que tuvieron que encajar hasta la pandemia de la COVID-19. Tanto padre e hijo coinciden en comparar "este documental como un pequeño baúl en el que trazan líneas de comunicación y visualización, buscando siempre preguntas ante la crisis más peligrosa que puede vivir el ser humano, el olvido de las humanidades".
Por otro lado, han recordado que todo el rodaje de este documental se ha convertido en "un viaje que pretende recordar cómo el alma descarga sus pasiones sobre falsos valores cuando el hombre pierde su dignidad; reabrir las verdades basadas en la razón, la ciencia y el derecho; perder el miedo a este mundo en desorden; e impedir que las gentes con sentido común sean esclavas de quienes carecen de él".
Para los Bennàssar, "en el mundo no hay barreras, y todo puede construirse e imaginarse desde el nivel de libertad que hemos adquirido siempre que puedas explicar, con sentido, que has querido realizar con argumentos, donde hay que buscar un equilibrio entre memoria, miedo, azar, deseo y ganas de vivir". Así padre e hijo, durante 10 años, han llegado a esta "Raons Humanes", una cinta en la que están ilusionados y que pronto se podrá ver en las salas de cine.
"Raons Humanes", llega de la mano de una serie que busca generar refugios de amor, se engloban en la imagen general que Bennàssar padre tiene sobre la ética: "Tengo convicciones éticas y soy muy crítico con las superficialidades del mundo del arte, demasiadas veces convertido en un espacio poco cultural. La cultura no debería desligarse nunca de la pasión: sin pasión no se puede crear. Los artistas nos movemos por intuiciones y presentimientos buscando nuevos caminos; yo tengo claro que soy, en parte, producto de lo que he vivido a lo largo de mi vida: mi pueblo, mi salida, mi regreso, el Mediterráneo... Estoy convencido de que el arte puede dar siempre mucho más: hace que el mundo sea un poco más comprensible, más amable de lo que es. Yo busco ofrecer una visión positiva de la vida, aunque hoy parezca una contradicción".
Todas estas ideas se recogen en el documento que tiene, en palabras de los Bennàssar, como "una botella de oxígeno de pasión, generosidad, responsabilidad y el trabajo en conjunto. Es bordear la frontera y ampliar el horizonte humano". Para los Bennàssar, el mundo lo podemos construir nosotros mismos para llegar a ser lo que soñemos.