Pau Rigo debe ser exonerado de toda culpa y absuelto de cualquier delito. Y es que su reacción de terror fundado ante el violento asalto perpetrado dentro de su propia casa de Porreres por dos ladrones encapuchados, disparando en defensa propia contra uno de ellos, se justifica por el miedo insuperable que sufrió por las agresiones, las barras de hierro que empuñaban los delincuentes, el recuerdo de un robo anterior también muy violento y, asimismo, por las amenazas de tortura contra su esposa.
Todos estos elementos objetivos, además del confuso veredicto del jurado popular, han llevado al nuevo abogado de Pau Rigo, el prestigioso letrado palmesano Jaume Campaner, a solicitar a la magistrada presidente del tribunal que juzgó al anciano de Porreres que dicte una sentencia de absolución de todos los cargos que se le imputan con, además y literalmente, “todos los pronunciamientos favorables para Pau Rigo Llaneras”.
Si no fuera así, y de forma subsidiaria, el abogado Campaner requiere a la magistrada para que declare la nulidad del veredicto y, con ello, la repetición del juicio oral ante un jurado popular distinto.
El letrado que ahora lleva el caso de Pau Rigo destaca en su escrito que el veredicto se alcanzó por cinco votos contra cuatro, cuando la Ley del Jurado Popular señala, sin ningún tipo de dudas, que una condena debe ser votada, al menos, por siete miembros del mismo.
Una discrepancia entre los cinco y los siete votos que viene provocada por la confusión padecida por los miembros del jurado popular, los cuales creyeron que su decisión era favorable para Pau Rigo cuando, sin embargo, era condenatoria. Error provocado por el redactado prolijo y muy técnico de las preguntas planteadas por la magistrada juez. Circunstancia esta que, antes incluso de la deliberación del jurado popular, ya había sido puestas en duda por la propia fiscalía y los abogados de las partes, que reclamaron su retirada y nueva redacción.
Ahora la jueza puede mantenerse en sus posiciones y sentenciar a Pau Rigo en base al veredicto del jurado popular o, por el contrario, aceptar que el fallo es erróneo por la confusión que provocaron sus propias preguntas y dictar la absolución del anciano de Porreres o repetir el juicio desde el minuto cero.
Sea cual sea la decisión de la magistrada, siempre podrá ser recurrida en una instancia judicial superior.
Con ello, por tanto, se alargará aún más el vía crucis judicial de Pau Rigo, el anciano que se defendió de las agresiones que sufría en su propia casa por parte de dos hombres mucho más fuertes y altos que él, cubiertos por pasamontañas y armados con barras de hierro.
Unos hechos probados y un veredicto que han soliviantado a la sociedad mallorquina a través de las redes de Internet. Sigue activa la recogida de firmas en apoyo a Pau Rigo a través de la plataforma Change.org. También el grupo de apoyo “Libertad para Pau Rigo por el derecho a la defensa” en Facebook y, asimismo, se siguen reproduciendo miles de tuits que coinciden en el mismo sentido.
Y a la espera de que la magistrada que ha presidido el juicio contra Pau Rigo se pronuncie sobre la absolución del anciano de Porreres o sobre repetir la vista, el fiscal superior de Baleares, Julio Cano, reconoce lo que todo el mundo judicial de Baleares ya sabe: que se ha cometido un tremendo error con las preguntas planteadas y la votación del jurado popular. Aunque, después, el fiscal jefe intenta quitarle hierro a esa equivocación que tanto está perjudicando al señor Pau Rigo.