De esta forma el Archipiélago se sitúa de nuevo en la fase de desaceleración que ya mantuvo todo 2022 y cierra el breve paréntesis al alza que abrió durante los primeros tres meses del año. "El buen inicio de la temporada turística nos ha permitido mantenernos mejor que el resto de nuestro entorno competitivo", señala Carmen Planas, presidenta de CAEB.
La economía de Balears ha secundado la tendencia a la baja que han señalado las principales economías europeas, tanto en el conjunto de la economía española (1,8% vs -4,2%, 1º trim.) como de la Unión Europea (0,4% vs 1,1% 1º trim). En Europa, esta desaceleración se dejó sentir entre las principales economías como Italia (0,4% vs 2,0%, 1º trim.) o Bélgica (0,9% vs 1,3%, 1º trim.) e, incluso, algunas entrando en terreno negativo como Alemania (-0,1% vs -0,3% 1º trim), Países Bajos (-0,1% vs 2,1%, 1º trim.) o Polonia (-1,4% vs 0,6%, 1º trim.).
Territorialmente, todas las Islas regresaron a la senda de desaceleración de abril a junio, si bien Eivissa y Formentera volvieron a registrar un balance más favorable al impulsar su economía (4,3% vs 7,1%, 1º trim.) por encima de Mallorca (3,9% vs 6,3%, 1º trim.) y Menorca (3,2% vs 5,8%, 1º trim.). Menorca y Mallorca son las islas que se encuentran más cerca en el proceso de normalización de los niveles de actividad prepandemia (-2,2%).
Desde el punto de vista de la oferta, la economía balear moderó durante el segundo trimestre el crecimiento en todos y cada uno de los sectores de actividad, lastrados por un contexto internacional en el que el balance de riesgos sigue claramente a la baja. En este sentido, el sector servicios vuelve a erigirse como el principal motor de la economía y registró un avance del 4,2% (vs 6,8%, 4º trim.) aprovechando el buen tono de actividad en el ámbito turístico en el periodo de Semana Santa y el inicio de la temporada de verano, donde se produjeron nuevos máximos históricos en la mayoría de los indicadores económicos.
Por su parte, la construcción se mantiene por segundo trimestre consecutivo como el único sector económico de Baleares con una actividad por encima de los niveles prepandemia al registrar un crecimiento del 3,3% (vs 5,8%, 1º trim.). Por el contrario, la industria es el sector donde más se hizo patente el debilitamiento de la senda de crecimiento al moderarlo hasta el 1,0% (vs 1,9%, 1º trim.), claramente perjudicada por los condicionantes globales y, especialmente, por el repentino deterioro de la demanda externa.
A pesar de la moderación de la actividad, el empleo mantuvo el ritmo de creación de nuevos puestos de trabajo entre abril y junio (5,3% vs 5,4%, 1º trim.) y siguió evidenciando un mayor empuje que a nivel nacional (2,7% vs 2,6%, 1º trim.). De hecho, los 623.732 trabajadores que se encontraban en la Seguridad Social a finales de junio constituyen un nuevo máximo de la serie histórica para esta época del año (608.132 en junio de 2022), y suponen cerrar el segundo trimestre de 2023 con una tasa de desempleo del 4,7% (vs 6,9%, 1º trim.).
Sin embargo, ni la robustez del mercado de trabajo ni el buen arranque de la temporada turística fueron suficientes para evitar que el consumo privado mantenga la tendencia a la moderación (2,6% vs 4,7%, 1º trim.), arrastrado tanto por la pérdida de poder adquisitivo acumulada durante los últimos años como por las expectativas de moderación de la actividad económica ligadas al endurecimiento de la política monetaria.
Desde el lado de la demanda, lo más preocupante ha sido la pérdida de fuelle de la inversión (1,1% vs 3,2%, 1º trim.), debido al continuo endurecimiento de las condiciones de acceso a la financiación y del deterioro de las expectativas empresariales. A ello se suman las primeras señales de atonía de la demanda externa, futo de la ralentización del crecimiento de nuestros principales socios comerciales y de la moderación del ritmo de avance del sector turístico tras haber recuperado sus cuotas de actividad prepandemia.
Balears afronta la segunda mitad del 2023 en un contexto global que dificulta el sostenimiento del crecimiento, por lo que cabe esperar que la economía balear siga desacelerando. No obstante, esta senda de crecimiento seguiría situándose por encima de la de su entorno competitivo gracias a la fortaleza de los niveles de empleo y porque las Islas cuentan con el soporte turístico, que durante la temporada alta se está caracterizando por volúmenes de actividad récord.
Durante los próximos meses, la economía balear deberá seguir navegando en un contexto en que la inflación se mantendrá por encima del objetivo del BCE (2%) y seguirá mermando el poder adquisitivo de los consumidores. No en vano, el IPC ha seguido repuntando con fuerza durante los meses de julio (3%) y agosto (3,1%), al igual que nivel nacional (2,3 y 2,6%, respectivamente) y europeo (6,1% y 5,9%, respectivamente). La elevada inflación sigue vigente prácticamente dos años después de su estallido.
Ante este panorama, tanto el Banco Central Europeo como la Reserva Federal se han mantenido firmes en su afán de preservar la estabilidad de precios acordando nuevas alzas de los tipos de interés, aunque han moderado su discurso dejando entrever que se ha llegado a un punto de inflexión en términos de política monetaria. Aun así, las medidas adoptadas hasta la fecha seguirán endureciendo las condiciones de acceso a la financiación y, consecuentemente, frenando la demanda en las diferentes economías mundiales. Así las nuevas previsiones de crecimiento del Fondo Monetario Internacional publicadas en julio confirman una tendencia a la moderación del ritmo de avance de la economía mundial este 2023 (3,0% vs 3,5% en 2022) y más acusado en la zona euro (0,9% vs 3,5% en 2022), territorio en el que sobresale el mayor dinamismo previsto para España (2,5% vs 5,5% en 2022).