El viento soplará, en general flojo, de componente este, con brisas costeras por la tarde que, por el avance del verano y la proximidad del otoño, serán débiles.
Las temperaturas nocturnas se mantendrán con pocos cambios, con una media de 21 grados. Las diurnas, por el contrario, escalarán los termómetros, con previsión de llegar a los 30 grados de máxima en las horas centrales del día.
El domingo, después de otra jornada con nubes medias y altas, no cabe descartar que llueva por la tarde o ya por la noche, aunque siempre serán precipitaciones ocasionales, localizadas, débiles y, eso sí, acompañadas de barro por el polvo en suspensión sahariano que seguirá todo el día sobrevolando el archipiélago balear.
El viento será variable, entre flojo y moderado, tendiendo por la tarde a estabilizarse en la componente suroeste.
Y nos encaminaremos, un día más, al Veranillo de San Miguel, con un nuevo ascenso de las temperaturas. Por la noche las mínimas serán -otra vez- casi veraniegas, con 23 grados. Las diurnas pasarán de los 30, llegando en las zonas más alejadas del mar a los 32 grados y con una sensible sensación de bochorno.