El litro de gasolina de 95 octanos se está cobrando hoy mismo en las estaciones de servicio de Baleares a 1 euro y 80 céntimos de media. Y el gasóleo a 1 euro y 70 céntimos. Son los más altos de toda España.
La misma gasolina de 95 en Écija (Sevilla) se paga a 1 euro y 40 céntimos. En Badajoz a 1 euro y 50. Y en Guipúzcoa a 1 euro y 65 céntimos. Todos ellos, evidentemente, precios más bajos que los de Baleares.
La diferencia Baleares-España con respecto al precio del gasóleo es aún mayor. De hecho, en algunos puntos de la Península, como en Jaén, lo que aquí nos cuesta 1 euro y 70 céntimos allí sólo se paga a 1 euro y 10 céntimos.
Una divergencia económica de céntimos por litro que, a la hora de llenar los depósitos, se convierte en decenas de euros. Y, al final de año, en miles.
Con los datos aportados por la Asociación de Consumidores de España, un conductor de Baleares puede llegar a gastar, para llenar el depósito de su vehículo, hasta 3.000 euros más al año frente a lo que desembolsará uno de Andalucía.
Un liderazgo balear en precios altos de las gasolinas que, además, se suma al coste insular de otros productos de consumo básico.
Con los datos de agosto confirmados por el Instituto Nacional de Estadística, el coste de la vida no deja de multiplicarse.
Así como la media del IPC de España se ha situado un 3’1%más alto que en la misma fecha del año pasado, son los combustibles -como acabamos de ver- y, sobre todo, los alimentos los que hacen cada vez más difícil llegar a final de mes.
Concretar los datos es determinante. En solo un año, el precio del azúcar se ha disparado un 38%, los aceites un 20%, las patatas, el agua mineral, los refrescos y los zumos un 15% y la leche y la carne de cerdo un 13%.
Unos datos que, además, son los de la media de España, mucho más bajos que los registrados en Baleares. Por ejemplo, mientras el coste de la vida para un habitante de la Península ha subido un 2’6% en los últimos doce meses, en Baleares ha sido del 4’1. Es decir, un punto y medio más que se acumula mes a mes y que, por tanto, hace que vivir en Baleares sea, también mes a mes, más caro que hacerlo en el resto de España.