Antes de los cien días de gobierno, la Conselleria de Salud ya ha puesto en marcha una batería de medidas para solventar el déficit de personal sanitario que padecemos en Baleares, un problema también español y europeo que aquí se agrava con la insularidad y el envejecimiento de los profesionales. Solamente en 2025, 250 médicos se jubilarán y deberán ser sustituidos. Una cifra que agravará la actual situación, ya crítica.
La población balear mayor de 80 años es de las más altas de España. Además, en verano, se duplica la población de hecho con la llegada del turismo. Los precios de los alquileres en las islas son los más altos de todo el país. Y encarece el coste de la vida la doble insularidad de Ibiza y Menorca y la triple insularidad de Ibiza.
A todos estos hándicaps, determinadas especialidades médicas son ahora mismo ya de muy difícil cobertura.
Ante todos estos elementos, el Govern activará un decreto que permitirá aumentar el salario de los profesionales sanitarios que opten por trabajar en aquellas zonas de difícil cobertura sanitaria. Y un elemento para definir, precisamente, qué zonas son en Baleares de difícil cobertura, se valorará los precios de los alquileres.
En concreto, el médico que cubra una plaza en una zona de difícil cobertura podrá cobrar hasta cerca de 6.000 euros más al año, 5.000 euros en el caso de un profesional de enfermería. Y si, además, es un profesional en un puesto especializado de muy difícil cobertura, el incremento salarial anual oscilará entre los 15.000 y 20.000 euros más.
Todo ello medidas para fidelizar a los profesionales a las que, además, se añade la eliminación del conocimiento del catalán como requisito, aunque la Conselleria ofertará cursos especializados.
Ante el evidente interés que suscita en la sociedad -y especialmente en algunos ámbitos políticos- la eliminación del requisito del catalán para acceder a un puesto en la sanidad pública balear, la consellera de Salud ha reconocido que no hay cifras concretas sobre profesionales sanitarios que hayan abandonado las islas o dejado de venir por el catalán.
Y, además, se ha puesto a ella misma como ejemplo para destacar que el catalán nunca ha sido un problema en la comunicación entre el paciente y su médico.
