Según ha informado la Guardia Civil, los hechos ocurrieron a primera hora de la tarde, cuando un pasajero, que no atendía a las directrices de la tripulación le dijo a otro que había colocado una bomba en el avión.
Tras lo sucedido el comandante del avión ordenó a todos los pasajeros y a la tripulación que lo desalojaron y se llamó a GEDEX de la Guardia Civil para que llevaran a cabo una inspección a fondo para encontrar el explosivo que no encontraron.
Al parecer, y minutos más tarde, se pudo comprobar que el hombre que había asegurado que había colocado el artefacto, padecía problemas mentales y por ello fue trasladado a la unidad de psiquiatría de Son Espases sin ser detenido.
El vuelo, que se dirigía al aeropuerto holandés de Rotterdam, finalmente pudo despegar cuatro horas más tarde.