El motivo: la influencia -en este caso moderadora del calor- del aire marítimo y la humedad del Mediterráneo.
Mientras la previsión de la AEMET para las próximas horas y días marca los 45 grados de máxima en toda la mitad suroeste de la Península… en las costas de Murcia, la Comunidad Valenciana, Cataluña y las Islas Baleares se evitarán estos extremos.
Y es que la masa cálida de aire africano, por la falta de viento, se posicionará estabilizada sobre la tierra en la Península. Además, por la ausencia de nubes, la incidencia directa del sol contribuirá a que los termómetros se eleven hasta cotas consideradas de peligro para la salud humana y animal, los cultivos y dispare las alarmas de riesgo por incendios forestales.
Una situación que también se producirá en Madrid y el sur de Portugal, además de provocar situaciones excepcionales en Castilla y León y Aragón, así como en la costa del Cantábrico.
Se librarán de los rigores máximos de esta tercera ola de calor del verano la costa de Galicia y Asturias, aunque en las zonas interiores y más alejadas del mar también subirán las temperaturas.
Sin embargo, en Baleares -pese a que también subirán las temperaturas- la situación no llegará a ser tan extrema. Este jueves se espera que alcancemos los 36 o, incluso, los 37 grados de temperatura, pero la influencia del mar apaciguará la ola de calor.
La humedad y, principalmente, el viento de las brisas costeras -el mallorquín Embat- apaciguarán la subida de los termómetros.
Una ola de calor, por tanto, que marcará la actualidad hasta el jueves de esta semana, que llegará a Baleares entre mañana miércoles y el mismo jueves y que, pese a todo, no alcanzará los niveles de otros puntos de España por el efecto apaciguador del Mar Mediterráneo.
Aunque, eso sí, este mismo mar y su humedad convertirán la ola de calor de la Península en nuestro particular bochorno.
