El escenario para los hipotecados no es nada halagüeño, pues el euríbor se moverá por encima del 4%. Esta situación seguirá dificultando el acceso a una hipoteca a los consumidores con menos poder adquisitivo y continuará impulsando las amortizaciones anticipadas de los préstamos para ahorrar intereses. Los expertos también creen que miles de hogares intentarán renegociar las condiciones de sus hipotecas.
Los bancos comerciales deben pagar más al banco central para pedirle dinero y esto se refleja en subidas de los intereses que estas entidades cobran a sus clientes –familias y empresas– por los préstamos que les piden. De hecho, los altos niveles de los tipos se han notado directamente en el Euribor, el índice de referencia en la zona euro para los créditos –por ejemplo, las hipotecas.
La presidenta Christine Lagarde ha puesto por primera vez sobre la mesa la posibilidad de que la entidad no suba los tipos en su próxima reunión.
Habrá que esperar pues a septiembre, para conocer la decisión final del Consejo de Gobierno del BCE. Una decisión que tomarán en función de los datos para saber si continuarán o no subiendo los tipos de interés, y por tanto, los préstamos bancarios.