Los precios han subido, sobre todo, por el encarecimiento de los carburantes y de los viajes aunque el repunte también se debe al hecho de que los precios del vestido y el calzado han bajado menos que en 2022. Por el contrario, en julio bajaron los precios de la electricidad y el gas.
Según el Instituto Nacional de Estadística, este avance de los datos del IPC incorporan una estimación de la inflación subyacente. Aquella, recordemos, que no tiene en cuenta los alimentos no elaborados ni las energías, que en julio subió tres décimas, hasta el 6’2%. Una cifra que sitúa la inflación subyacente cuatro puntos por encima del IPC general.
Según la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos en funciones, Nadia Calviño, asegura que los datos de la inflación de julio demuestra que la política económica funciona.
Por otra parte, la economía española ha avanzado un 0’4% en el segundo trimestre de este año. Es una décima menos que en el primer trimestre que creció un 0’5%, después que el consumo de las familias haya repuntado con fuerza y tras el desplome de las exportaciones de bienes y servicios.
Así pues, el Producto Interior Bruto crece sobre todo por la recuperación del consumo de los hogares, que ha crecido el 1’6% en el segundo trimestre de este año. La economía también ha avanzado gracias a las inversiones, especialmente en vivienda y construcción, frente al menor avance de la inversión empresarial.
Una subida generalizada en los precios, especialmente en el de los carburantes, que también han notado los residentes del archipiélago.