Así, la institución insular, a través de su responsable de Movilidad, el popular Fernando Rubio, ya ha solicitado una reunión con la delegada del Gobierno en Baleares, Aina Calvo, y la directora de la DGT en el archipiélago, Francisca Ramis. El objetivo, eliminar el polémico carril Bus-VAO implantado por el ya ex conseller Iván Sevillano durante el pasado mes de noviembre.
"Fue una imposición de la izquierda y se han creado más atascos y más inseguridad. Hace que la gente esté más nerviosa a la hora de entrar en la capital", ha destacado Llorenç Galmés en rueda de prensa.
La reunión, que todo hace indicar que se celebrará la semana que viene, antes de las próximas elecciones generales, es indispensable para eliminar este carril, puesto que las competencias sobre este tipo de vías son exclusivas de la Dirección General de Tráfico.
Algo que no ocurre en la limitación a 80 kilómetros por hora a la hora de circular por la Vía de Cintura. Otra decisión, según Galmés, tomada en base a cuestiones políticas, y que será modificada dentro de los cien primeros días del nuevo gobierno insular.
"No puede ser que tengamos una vía colapsada las 24 horas del día los 365 días del año", ha señalado el nuevo presidente insular, para quién la eliminación de esta limitación de velocidad "es una decisión valiente. Una decisión que habíamos anunciado y que aplicaremos inmediatamente, una vez que dispongamos de los informes pertinentes".
Unos informes que determinarán la velocidad definitiva para la Vía de Cintura. Una limitación, que a falta de conocer la decisión definitiva, estará fijada entre los 100 y los 120 kilómetros por hora tal y como ya ha confirmado el propio Galmés.