El objetivo no es otro que el de incentivar la compra y el consumo de los quesos menorquines y contribuir de este modo a la continuidad del sector, dando salida a este producto y dándolo a conocer a potenciales clientes no solo dentro de las fronteras de nuestro país, sino también fuera de él.
Este refuerzo de la firma en su apuesta por este tipo de producto está conllevando un progresivo aumento de la presencia de quesos de Menorca en los lineales de su red de tiendas. Actualmente la cadena oferta una amplia variedad de este tipo de artículos entre los que se encuentran distintas referencias de quesos DO Mahón; semicurado, fundido y rallado, en porciones, lonchas, hilo y polvo, entre otros.
El director regional de Lidl en Baleares, Achim Becker, subraya con respecto a este asunto que “esto se debe al gran trabajo que se hace en el sector agroalimentario menorquín, con unos quesos que son de primera calidad y también una seña de identidad”. Además, añade que “nuestra intención es seguir aumentando la presencia de este tipo de alimentos que son altamente valorados por los consumidores tanto aquí en las islas, como fuera de ellas”. Muestra de ello es que, durante el periodo 2021-2022, la marca aumentó más de un 30% la exportación de quesos menorquines.
El compromiso de la compañía por el producto y proveedor balear viene de lejos, como demuestra el hecho de que en los últimos cinco años (2018-2022) haya adquirido productos locales por valor de unos 100 millones de euros. En concreto, en 2022, la cadena compró producto de las islas por valor de 24 millones de euros y dedicó un 15% de estas compras a la exportación. Gracias a Lidl algunos artículos del territorio se venden también en Alemania, Francia, Italia, etc.
Actualmente la enseña ya trabaja de manera recurrente con 30 proveedores locales a los que compra cada vez más referencias regionales que pone a disposición de sus clientes en sus puntos de venta nacionales e internacionales. En concreto, oferta alrededor de un centenar de productos típicamente baleares en los establecimientos de las islas bajo el sello “És balear, és bo” (con el que los consumidores pueden identificar fácilmente el origen de los alimentos) y, adicionalmente, compra otras más de 50 referencias de la región que vende en sus tiendas de España y Europa, entre las que se encuentran artículos permanentes y otros que oferta según temporada.
Desde que en 2001 Lidl empezara su implantación en las Islas Baleares, su presencia ha crecido de forma contundente, contando actualmente con 24 puntos de venta en Mallorca, 2 en Menorca y 3 en Ibiza. La apuesta de la cadena por la región tiene un importante impacto en la economía local, según un estudio realizado por la consultora PwC, Lidl aporta anualmente más de 70 millones de euros (0,27% del total) al PIB de las islas y ya es responsable de más de 1.400 empleos locales (0,26% del total), entre directos, indirectos e inducidos.