Así, Sandra Verger, directora general de la Asociación de Constructores de Baleares, señala que "para poder llevar a cabo toda esta construcción de nueva vivienda las empresas necesitan contar con este personal, si no, no se podrá ejecutar. Tengo empresas que ya me han comentado que están haciendo presupuestos o fijando inicios de obra para 2025".
Tras la Covid y ante el incremento incesante en el precio de los alquileres, cada vez son menos los trabajadores que llegan de la península. Mientras, son mayoría los jóvenes del archipiélago que prefieren decantarse por la actividad turística a la hora de iniciar su vida laboral. "Nos hace falta de todo. De un peón hasta llegar a arquitectos o técnicos. La cadena se ha roto muy abajo", lamenta Joan Marín, gerente de Marín Lladó Construccions.
Para tratar de revertir este escenario, la Fundación Laboral de la Construcción imparte, desde hace cinco años, dos grados de formación profesional en la materia. Unos títulos cuya obtención garantiza de manera casi inmediata su incorporación al mundo laboral.
"Buscan muchísima gente. Hay bastante trabajo", reconoce Raquel Escobar, una de las alumnas de estos grados de formación profesional. Un extremo que confirma Eduardo Darder, gerente de Mide Obras y Proyectos, quien asegura que "todos los que están ahora mismo haciendo las prácticas en nuestra empresa, normalmente, los estamos fichando a todos".
Unos estudios que este año han cursado hasta 22 mujeres, impulsando así una presencia femenina que hasta ahora solo representa al 13 por ciento de los trabajadores del sector. Una realidad que reconoce otra de las alumnas, Laura Alguacil, quien entre risas reconoce que "la gente que me ha visto durante las prácticas en la obra se piensa que soy la dueña. Me gusta ver mujeres en la obra. Hay pocas, pero cada vez más".
Sangre nueva para un colectivo donde se prevé que se jubile el 30% de las plantillas durante los próximos diez años.