A las nueve en punto de la mañana del próximo domingo, día 28 de mayo, abrirán los colegios electorales.
Desde ese momento y hasta las 8 de la tarde, más de 800.000 ciudadanos de las Islas Baleares podrán depositar sus votos en las urnas para elegir a las personas que conformarán el Parlament y elegirán a la presidenta del Govern. También a los cuatro consells de todas las Islas Baleares y a los regidores que conformarán los plenos de los 67 municipios de la comunidad y votarán, el próximo 17 de junio, a los alcaldes y las alcaldesas de nuestras islas.
Unas elecciones que, de no mediar sorpresas de última hora, plantean la duda sobre si los actuales partidos que han sentado a Francina Armengol en el Consolat de Mar -el Partit Socialista, MÉS per Mallorca, MÉS per Menorca y Unidas Podemos- serán capaces de revalidar una mayoría como la que ha estado gobernando Baleares en los últimos años.
Un Pacte de Progrès que quiere reeditar una nueva temporada de cuatro años más gobernando frente a los favoritos en las encuestas: el Partido Popular. Una opción política esta que, impulsada por Alberto Núñez Feijóo desde la madrileña calle Génova, opta a aplicar su programa en solitario aunque no consiga la mayoría absoluta y poder, así, prescindir de ceder asientos en el Consell de Govern al partido VOX.
Y es que, más allá de los dos grandes bloques mayoritarios, dos partidos se debaten entre el ser y el no ser este 28 de mayo.
Los regionalistas de El Pi saben de su potencia en la Part Forana de Mallorca, pero también son conscientes de su debilidad en Palma, Ibiza, Formentera y Menorca, lo que les resta posibilidades de sumar el 5 por ciento de los sufragios, circunstancia que -con la ley electoral balear en la mano, les dejaría fuera del Parlament.
Unas dudas sobre su futuro que también nublan la noche electoral de Ciudadanos, donde Patricia Guasp ha dado el salto desde Baleares a protagonizar, asimismo, la portavocía de los naranjas en toda España ante la zozobra de una desaparición masiva.
Unas elecciones, las de este domingo, que son el colofón a una legislatura que arrancó como todas las demás… pero que se truncó con el advenimiento de la pandemia de la Covid. Un hecho extraordinario que ha convertido en excepcionales a estos últimos cuatro años, donde la gestión de la sanidad y, muy especialmente, el coste disparado de los precios de las viviendas en compraventa y alquiler han trastocado el coste y la calidad de vida de todos los baleares.
La suerte está echada… la campaña finiquitada… las propuestas electorales, repetidas hasta la saciedad… los mensajes lanzados… las expectativas creadas… y las esperanzas -por ahora- aún intactas.
Unas esperanzas, las de los candidatos, que los ciudadanos de Baleares se encargarán, dentro de pocas horas, de confirmar o desmentir. Y siempre con la mirada puesta más allá del domingo 28 y de la noche de recuentos… Con la mirada en el futuro de Baleares.