Capdepera retornó este pasado fin de semana, a la época del medievo, con la celebración del tradicional mercado medieval. Caballeros, pasacalles y calles repletas de visitantes han sido la tónica durante estos días.

Pero también hubo lugar para antiguas y tradicionales labores. "Trabajo la madera, la piedra y hierro, voy combinándolos en mis proyectos", ha explicado el comerciante local, Antoni Adrover.

Obrar el palmito, es una de las tradiciones más características del municipio, donde las madones de sa llata juegan un papel relevante, como Catalina Tous. "Somos las fundadoras que salimos cuando la llata estaba muerta. Nos hemos modernizado y hacemos piezas más actuales".

El mercado también ofrecía la posibilidad de hacer una parada para reponer fuerzas.