La reducción de las necesidades de climatización es un pilar fundamental para la descarbonización. Con el objetivo de optimizar el uso eficiente de energía, Iberdrola inició el pasado otoño su campaña para fomentar el aislamiento térmico de las viviendas a través de Smart Clima. Desde entonces, la compañía ha ayudado a más de 400 clientes a reducir su consumo, al mismo tiempo que contribuyen a la reducción de emisiones y la mejora del medio ambiente.
En las viviendas en altura, el consumo de gas y electricidad destinado a calefacción llega a reducirse hasta un 40% en relación con años precedentes, mientras que en viviendas unifamiliares el ahorro puede llegar hasta un 35%, – lo que con una calefacción de gas de tarifa libre supone un ahorro en el recibo de unos 300 euros y 700 euros, respectivamente - con una inversión total alrededor de 1000 euros en el caso de viviendas en altura y de 2000 euros en los unifamiliares.
En verano, el aislamiento permite que el consumo eléctrico destinado a la refrigeración pueda llegar a reducirse hasta un 50%, un ahorro que se suma al aumento de confort en las viviendas al dar entrada a un sistema de refrigeración pasiva que hace que el edificio necesite menos climatización.
En España, más de una de cada tres viviendas fue construida entre 1960 y 1980, categoría que presenta un mayor potencial de ahorro en la factura y de mejorar la eficiencia energética a través del aislamiento por carecer, en su inmensa mayoría, de aislamiento previo en la cámara.
El potencial aumenta aún más en las tipologías unifamiliares, áticos y últimos pisos, por estar más expuestas. En estos casos, cuando los trabajos son realizados en fachadas y cubiertas, el ahorro y el confort se potencian.
En concreto, en viviendas unifamiliares construidas entre 1960 y 1980, la reducción en la factura llega hasta los 700 euros anuales, con un precio del gas de 10 cts/kWh. Un impacto que en el caso de las viviendas de más reciente construcción (años 90) es de hasta 500 euros anuales.
Las viviendas en altura construidas antes de 1981 pueden llegar a ahorros de hasta 300 euros anuales con un precio del gas de 10 cts/kWh. Mientras que, para el mismo tipo de viviendas, pero construidas en los años noventa, la reducción registrada es de hasta 200 euros anuales.
La solución de aislamiento térmico de Iberdrola permite mitigar las pérdidas de energía de forma definitiva en un solo día, sin necesidad de realizar obras en el domicilio. Además, la compañía promueve que varios o incluso todos los vecinos de un bloque acometan la mejora al mismo tiempo, pudiendo así trasladar unos precios más ventajosos a los clientes al ganar eficiencia en la instalación.
El aislamiento se realiza rellenando con lana mineral de vidrio las cámaras de aire que se encuentran entre la cara exterior del edificio y la pared de la vivienda. Este doble tabique es habitual en, al menos, cuatro millones de primeras residencias en España. También se puede aplicar para aislar el tejado en el caso de áticos o unifamiliares que dispongan de falso techo, así como en viviendas independentes que cuenten con una bajocubierta no habitada.
Este material inyectado, fabricado en un 80% con vidrio reciclado, no requiere ningún mantenimiento, es resistente al agua, insectos y roedores, e ignífugo, y proporciona un aislamiento homogéneo al tiempo que impide las corrientes de aire. Además, aísla acústicamente la vivienda de los sonidos del exterior.
Esta técnica es la que permite un mayor ahorro de energía por cada euro invertido. Se trata de una solución utilizada desde hace más de 30 años, con gran arraigo en países con clima continental como Reino Unido, donde se han aislado ya más de 13 millones de casas mediante el insuflado en cámara de aire.
Para ayudar a los clientes interesados en aislar térmicamente su vivienda, la compañía ha creado un simulador que calcula la reducción del consumo de calefacción y un presupuesto estimado, en función de las características básicas de la vivienda.
Al disminuir de manera rápida y efectiva las necesidades térmicas, el aislamiento facilita además el avance en la descarbonización de la climatización de los hogares y una rebaja aún mayor de la factura de energía a través de sistemas de cero emisiones como la aerotermia, ya que permite reducir la potencia necesaria de los equipos, rebajando su coste