"Esta iniciativa lo que quiere es romper esa barrera. El piano se tiene como un instrumento elitista en el imaginario popular, que solo está presente en grandes auditorios o conservatorios. Queremos bajarlo a la calle. La música, en el fondo, nace en la calle. Así que queremos devolverlo a ese lugar y que sea accesible para todo el mundo", ha señalado, Nacho Gallardo, director de la Fundación Jesús Serra.
Una iniciativa que aterriza por primera vez en Palma, pero que ya ha recorrido hasta 17 ciudades españolas, donde sus vecinos ya han podido disfrutar de auténticos, e improvisados, recitales en directo.
Así lo reconoce Jordi Vivancos, director del Concurso Internacional de Música Maria Canals, al señalar que "cuando pones un piano en la calle te salen pianistas de debajo de las piedras. Pero no solo pianistas. Puede pasar una cantante, cogen su móvil, miran los acordes de una canción y se montan conciertos improvisados entre gente que no se conocía".
El piano gran cola instalado en Cort, por ejemplo, es un modelo CFX de Yamaha, considerado por muchos como la joya de la corona de la casa japonesa. Una oportunidad única para tocarlo que muchos amantes de la música no han querido dejar escapar. "Es como uno a quien le gustan los coches y se monta en un Ferrari. Poder tocar un piano así es algo mágico", apunta un vecino de Palma y aficionado a la música que ha participado en esta iniciativa.
Una iniciativa que ha contado con la colaboración del Ayuntamiento de Palma y que desde el Consistorio ya han manifestado que tienen intención de repetir.
