Solo en 2022 se cerraron 55.167 expedientes de fraude a nivel nacional, una cifra que supone una media superior de 150 al día, con un peso creciente de los casos relacionados con plantaciones de marihuana. Las estimaciones indican que el consumo anual de electricidad de manera ilegal para alimentar estas plantaciones de marihuana asciende a 2.200 GWh, el equivalente de la ciudad de Sevilla en un año.
"Estas cifras evidencian la dimensión de una práctica ilegal que pone en riesgo la seguridad de los ciudadanos, provoca el deterioro de la calidad del suministro de los vecinos y encarece la factura de todos los consumidores. Endesa es consciente de la magnitud del problema y reitera su disposición a colaborar con las administraciones, instituciones y fuerzas de seguridad para buscar soluciones", ha explicado José Manuel Revuelta, director general de Infraestructura y Redes de Endesa.
El fraude eléctrico genera importantes perjuicios en los entornos en los cuales se produce. Provoca cortes de luz en zonas con alta saturación de casos, incendios y descargas que pueden afectar al que manipula la instalación eléctrica con consecuencias muy graves que pueden derivar incluso hasta en la muerte.
Los problemas se hacen especialmente evidentes en las zonas donde se concentra el fraude vinculado a las plantaciones de marihuana en el interior de viviendas o edificios, conocidas como plantaciones 'indoor'. Los dato del Anuario Estadístico del Ministerio del Interior indican que durante 2021 se decomisaron en España más de 3,3 millones de plantas de cannabis, un 96% más que el año anterior y un 240% más que en 2018, de las cuales una parte muy importante corresponde a plantaciones de interior.
Durante el año pasado, Endesa desmanteló en todo el territorio nacional, en colaboración con las fuerzas de seguridad, hasta 1.800 fraudes para alimentar plantaciones de marihuana ilegales, lo que supone una media de cinco cada día. El número de fraudes vinculados a plantaciones supuso el 3,2% sobre el total gestionado el año pasado, lo cual evidencia el alto consumo de estas instalaciones y la distorsión que generan en la red de distribución eléctrica de las zonas donde se sitúan.
Cada plantación consume, de media, el equivalente al consumo de 80 viviendas. Los sistemas de iluminación y ventilación utilizados para acelerar el crecimiento de las plantas necesitan electricidad durante las 24 horas del día y la obtienen mediante enganches ilegales que provocan situaciones de gran riesgo eléctrico. Estas sobrecargas hacen que actúen las protecciones de los centros de transformación o que se quemen líneas subterráneas o, incluso, centros de transformación afectando a los vecinos de las zonas próximas.
