Tras 40 años de autonomía, al fin se ha firmado el traspaso de las competencias de la Demarcación de Costas desde el Ministerio para la Transición Ecológica del Gobierno de España al Govern de les Illes Balears.
Un traspaso que supondrá, de facto, que el futuro de las ‘casetes de vorera’, las ‘alcoves’, los ‘escars’ y los ‘mollets’ sea decidido aquí, por el ejecutivo autonómico.
Y es que, en estos momentos y a falta de concretar la nueva realidad administrativa de estas edificaciones tradicionales, una orden de eliminación radical pende sobre todas ellas. Desde Madrid -ajenos a nuestra tradición, historia y realidad- se ha decretado su eliminación de cuajo, su total desaparición sin atender a lo que han significado y aún significan hoy en día social, cultural y paisajísticamente estos enclaves.
Ante esta amenaza, el Parlament balear, en una moción presentada por el Partido Popular, ha votado de forma unánime que el Govern, en cuanto obtenga la transferencia efectiva de las competencias en costas, proteja esta parte de nuestra historia y nuestro paisaje.
Textualmente, la moción señala que “las administraciones competentes, de forma coordinada, evitarán el abandono, la degradación y destrucción de las edificaciones con valor patrimonial, procurando las prórrogas de las concesiones en el marco de la legislación aplicable y de forma que se garanticen los usos tradicionales y su correcto mantenimiento y conservación”.
Con ello se pretende, asimismo, que las ‘casetes de vorera’, las ‘alcoves’ y los ‘escars’ degeneren en chiringuitos de playa o viviendas vacacionales.
Eso sí, se saca de este ámbito de protección otras edificaciones consideradas no tradicionales, como puedan ser los restaurantes sobre las dunas o encima del mar, como -por ejemplo- los de Casetes de Capellans o, incluso, El Bungalow de Ciudad Jardín.
Desde ahora, por tanto, será el Govern balear quién tenga la última palabra sobre el futuro de, entre otras edificaciones tradicionales, las ‘alcoves’ del Port des Canonge o los ‘mollets’ del Port de Pollença.
