La inflación y los costes energéticos están detrás de una subida de precios, que según señalan desde la Asociación de Empresas de Distribución de Alimento, Bebidas y Limpieza de Baleares (ADED), ya se está dejando notar sobremanera en productos como la carne de cerdo y los huevos.
"Comparando los meses de enero y febrero con los de 2022, los precios se han ido encareciendo una media de entre el 20 y el 25%. Una tendencia que se mantiene salvo pequeñas excepciones", ha señalado Tolo Servera, presidente de ADED.
Una subida que no solo repercute en la tarifa final que tendrán que aplicar hoteleros y restauradores, sino en todas y cada una de las economías familiares del archipiélago. Así, Servera reconoce que "en estos momentos hay subidas previstas en algunos productos básicos como pueden ser el cerdo y todos sus derivados; y también los huevos, cuyo precio está totalmente descontrolado y no sabemos hasta dónde puede llegar".
Todo en una situación donde la insularidad sigue jugando en nuestra contra. Y eso a pesar de que las navieras, de momento, han apostado por no incrementar el precio de sus fletes a la hora de transportar su mercancía desde la península.
Un pequeño alivio para un sector que, al igual que hiciera en algunos de los momentos más delicados del pasado reciente, garantiza el suministro en toda la cadena de distribución. "Nosotros hacemos que no falte ningún producto de los necesarios. Esto está garantizado. El tema de los precios es otra historia", reconoce el presidente de los distribuidores en Baleares.
Precios que marcarán el balance final de muchos empresarios ante esta nueva temporada estival, pero sobre todo, el futuro de unas familias cuya capacidad de reacción es cada vez menor.