Se construyen menos de las necesarias y son económicamente inaccesibles para la inmensa mayoría de la clase media del archipiélago. Este es el panorama habitacional que dibujan los constructores de Baleares, quienes cifran en 20.000 el déficit acumulado de viviendas en nuestro territorio durante los últimos años.
Las 3.560 viviendas construidas en 2022 están muy lejos de los números que maneja la Asociación de Constructores de Baleares para poder afrontar con ciertas garantías el problema habitacional que padece nuestro territorio.
Así, la directora general de la Asociación de Constructores de Baleares, Sandra Verger, asegura que "desde 2019 no hemos llegado a superar las 4.000 viviendas, cuando la cifra que nosotros consideramos que sería óptima por el crecimiento poblacional y por las necesidades de las islas sería de unas 7.000 viviendas para equiparar un poco la oferta y la demanda que tenemos".
La solución pasaría, según los constructores, por poner disponible más suelo urbanizable, lamentando, dicen, una legislación cada vez más restrictiva en una materia de interés general como es el de la vivienda.
En el caso de Palma, por ejemplo, y ante la falta de este suelo disponible, los constructores apuestan por elevar la altura de los edificios, respetando el skyline propio de la ciudad. Una opción, aseguran, que permitiría aglutinar servicios públicos y abaratar el coste final de la vivienda.
"En ningún momento estamos diciendo que se tenga que crecer en un barrio como Santa Catalina o Es Molinar", ha asegurado la propia Verger, para quien una posible solución pasaría "por igualar alturas en determinados puntos. Se está hablando de ciudad compacta, porque realmente después es más efectivo a la hora de disponer de todos los servicios públicos de los que tu quieras dotar a la zona".
A la falta de suelo disponible y al encarecimiento de la energía y las materias primas, ahora se suma una nueva problemática: la falta de hasta 15.000 trabajadores en el sector. "No encontramos ni peones", ha indicado Francisca Alba, presidenta de la Asociación de Constructores, quien ha añadido que "el sector hace un llamamiento desesperado ante la falta de mano de obra, tanto cualificada como no cualificada. No entendemos cómo en un país con tres millones de desempleados la mayoría de los sectores todavía tienen falta de trabajadores".
La falta de vivienda de protección oficial y los retrasos en la tramitación de permisos y licencias se unen a un escenario que los constructores han calificado de tormenta perfecta. Una tormenta, donde el acceso a la vivienda será todavía más complicado.
