Menos frecuentes que antes, las comidas o cenas con familiares y amigos son una costumbre de la que muchos no han prescindido a pesar de la actual situación económica. Todo, a pesar del incremento registrado en el precio de los alimentos, lo que ha obligado al sector a buscar nuevas fórmulas para poder seguir ofreciendo un servicio rentable capaz de atraer a sus clientes.
Así, y a pesar de la subida generalizada de tarifas, cercana al cinco por ciento, desde CAEB Restauración aseguran que los clientes se resisten, de momento, a abandonar sus bares y restaurantes favoritos.
"A lo mejor dejan de comprar otros productos, como ropa u otras cosas, pero la gente no prescinde del ocio. Quieren salir, pasarlo bien", asegura Alfonso Robledo, presidente de CAEB Restauración, asegurando que el confinamiento por la Covid todavía sigue muy fresco en la memoria.
Pese a todo, son muchos los restauradores, sobre todo aquellos alejados de las zonas turísticas, los que se han tenido que reinventar para poder ofrecer un servicio atractivo y rentable al mismo tiempo. De este modo, Robledo asegura que "algunos restaurantes han optado por pasar de un menú a un plato único con postre, buscando incluso productos de temporada que puedan resultar más económicos.
Esfuerzos que agradecen muchos clientes habituales, quienes reticentes a abandonar esta costumbre tan mediterránea, sí que se han visto obligados a espaciar cada vez más sus salidas gastronómicas.
Un sector, el de la restauración, que se convierte así en el mejor termómetro de las economías domésticas donde deseo y realidad se topan de bruces con los precios de una cesta de la compra, hoy, un 16 por ciento más cara que hace un año.