A las faldas del Massanella, cuyo pico aún conserva las últimas nieves, la finca de Son Puça, dedicada al cultivo de la patata en Búger, es el claro ejemplo de los daños causados por Juliette sobre el campo y la ganadería de Mallorca. De hecho, aquí, se calcula que se podría haber perdido algo más de la mitad de la cosecha.
Así, Llorenç Pascual, agricultor y explotador de la finca, asegura que ha perdido "más de la mitad" de la cosecha. "Yo de aquí podría confiar en unas 400 toneladas. ¿Ahora qué puedo esperar? Unas 150 como máximo".
Es la patata, precisamente, uno de los cultivos más castigados por las granizadas y heladas que Juliette provocó en cotas más bajas, calculando así el Govern que las pérdidas de este sector rondarían el millón doscientos mil euros. Una estimación inicial que se queda corta para los productores.
"El daño que hay es superior a la estimación inicial del Govern, de 1,2 millones de euros. Tenemos que esperar a ver en qué punto se sitúa la Administración. Espero que sea consecuente, porque de lo contrario esto puede hacer mucho daño a muchos payeses", ha asegurado Joan Mateu, presidente de Mateu Export.
Unas pérdidas que se suman a las registradas en los cultivos de olivos y algarrobos, a los que se les añade los daños causados en los rebaños de ovejas en la Serra. Daños que rondarían los 4,5 millones de euros, y que el Govern tratará de compensar a través de una línea de ayudas aprobada en el Consell de Govern de este lunes.
Así, la presidenta Armengol, ha indicado que "según los daños que se nos justifiquen en función de las condiciones estipuladas, se irá pagando. Se trata de un crédito ampliable. Pondremos todo el dinero que sea necesario".
Ayudas que el Govern también espera recibir del Ejecutivo Central tras remitir al Consejo de Ministros su solicitud de zona catastrófica para la isla de Mallorca, favoreciendo así también el pago por parte de las aseguradoras.
Una declaración de zona catastrófica que la propia Armengol está convencida de obtener por parte del Gobierno de Pedro Sánchez. "Estamos convencido de que el Gobierno de España declarará esta zona como catastrófica. Las emergencias estaban dispuestas en tiempo y forma, por lo que no creemos que haya ningún tipo de problema", ha manifestado la propia Francina Armengol.
Y es que al daño que Juliette provocó en cultivos y rebaños, hay que sumarle su incidencia sobre más de 14 mil hectáreas de masa forestal, derribando, según las primeras estimaciones, más de un millón de árboles.
