Atención al ‘modus operandi’ de esta banda de estafadores:
El banco, o los intermediarios financieros, recibían la visita de un posible cliente. Este solicitaba un crédito al consumo, por ejemplo, para comprar un coche o, incluso, una hipoteca. Para ello presentaba cliente documentos aparentemente legales y correctos, pero completamente falsos.
Falso era el DNI, los certificados empresariales, las nóminas, el domicilio, los avales y todos los documentos pertinentes en este tipo de transacciones. Unos documentos aportados a través de los capos de la banda desde Nigeria.
Este cliente falso, denominado ‘mula’ por conseguir el dinero del banco y trasportarlo a manos de los estafadores nigerianos, finalmente conseguía el crédito. Y para simular una absoluta corrección financiera, se simulaban pagos y compras, pero -eso sí- todos fraudulentos.
El capital transferido por el banco al falso cliente pasaba, entonces, de una cuenta corriente a otra, y a otra y a otra a través de la red de Internet y de todo el planeta… hasta desaparecer de cualquier rastro policial.
A cambio, el ‘mula’ se quedaba una pequeña comisión.
La Policía Nacional ha conseguido detener a la mayoría de los ‘mulas’ españoles y paralizar la transferencia de 600.000 euros a los capos nigerianos.
Sin embargo, la recuperación del resto del capital estafado será prácticamente imposible y a los únicos que se va a juzgar y, quizás, condenar con penas mínimas es a los ‘mulas’ españoles, 28 de ellos residentes en Palma y 3 en Ibiza.