Una auténtica pesadilla para la sociedad y un enorme problema para la Policía Nacional, que sigue su rastro para desmantelar lo que se ha convertido en un auténtico cáncer para la seguridad ciudadana y que destruye la tranquilidad de señalados barrios de Palma.
Y en una aportación informativa nunca antes vista en ninguna otra televisión de Baleares, el periodista de referencia en las informaciones de sucesos e investigación, Julio Bastida, coordinador y presentador del programa 'El Perímetro' de esta casa Fibwi Televisión, entrevista -con riesgo para su integridad física y en su propia guarida- a los más destacados elementos de esta peligrosa banda.
"La verdad, no sé si fue una temeridad o valentía, pero los espectadores verán un documental único e irrepetible de la realidad que tenemos", ha destacado Julio Bastida, añadiendo que "estuvimos rodeados de chavales de bandas juveniles, todos con armas, fumando porros y pistolas en los bolsillos".
Una banda, la de El Caserío 24/7, que ha degenerado en una tóxica metástasis al amparo de las leyes vigentes. Leyes y normas garantistas que convierten las detenciones de sus miembros por parte de la Policía Nacional en meros trámites de entrada esposados en las comisarías y, después, salidas libres total de los juzgados de guardia.
"Aquí mandamos nosotros, somos guerreros e iremos guerreando al frente", aseguran los miembros de El Caserío 24/7.
Un documento periodístico único, el amplio y profundo reportaje sobre El Caserío 24/7, que -además- descubre las incongruencias del sistema de acogida de menores extranjeros y las ayudas económicas con fondos públicos dirigidas a fines desviados a los previstos.
"Los protagonistas nos contaron cómo están siendo subvencionados, cobrando una paga de 600 euros por estar en centros de menores tutelados", advierte Bastida.
Sí. Lo han oído ustedes bien. Este miembro de la banda juvenil El Caserío 24/7 -que se vanagloria de cometer delitos, de perpetrar actos violentos, de poseer armas y de muchos otros desmanes ilegales- reconoce sin ningún empacho que cobra 600 euros al mes de los fondos públicos destinados a reintegrar socialmente a los menores de edad que han padecido una vida descarriada.
Un dinero público que, como se demuestra con imágenes y declaraciones en 'El Perímetro', se dedica y va a otros fines que no son realmente los de ayudar a los jóvenes a aspirar a un futuro mejor, sino a mantener activa la máquina de producir problemas al resto de la sociedad.
Y es que se trata, incluso, de menores tutelados que se escapan de sus centros de acogida para convertirse en peones de las bandas juveniles que provocan reyertas con cuchillos, peleas multitudinarias en oficinas bancarias okupadas, robos en el Parc de ses Estacions de Palma, reyertas en la Estación Intermodal y enfrentamientos entre grupos enfrentados para dominar barrios enteros de la ciudad en un proceso que se expande y está ya a punto de traspasar las fronteras de la capital balear hacia el resto de Mallorca.
Y ante esta problemática, hemos salido a la calle para preguntar a la ciudadanía si ha notado la presencia de estas bandas juveniles y si le preocupa que existan y puedan proliferar.
