Lo ocurrido fue puesto en conocimiento del grupo Ufam de la Policía Nacional que inició las investigaciones y acabó por detener a la madre.
La policía descubrió que la mujer agredía habitualmente a la menor pese a que esta intentaba zafarse de los golpes refugiándose en la litera superior del cuarto. La agresora apagaba las luces para evitar ser descubierta y también golpeaba a su hija con la mano abierta.
Los hechos se prolongaron en el tiempo, aunque no se ha podido determinar durante cuanto y los agentes también descubrieron que el hermano pequeño sufría igualmente malos tratos aunque las agresiones no eran tan habituales por miedo a ser descubierta ya que el pequeño gritaba cuando se producían.
Se da la circunstancia de que a la madre se le retiró la tutela de otra hija hace escasos meses y por hechos similares.